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11 Historias Vol. 2 Capitulo 03: No Se Si Nos Ama

Aún recuerdo la noche en que mi mundo se puso de cabeza, cuando lo que yo pensaba era mi realidad se convirtió en un sueño del que quería despertar.
Estaba en casa, había regresado temprano del trabajo, le dije a la niñera que se fuera, que yo cuidaría a Ellice, mi pequeña niña de 6 años, le pague la noche y se fue.
Por mi trabajo paso poco tiempo con ella y sé que me extraña mucho, así que cuando tengo la oportunidad de darle tiempo se lo doy, eran las 7:00PM, pensé en darle una sorpresa a Sandra, mi esposa, pero... no resultó como pensábamos.
Cambie a la niña y fuimos a su trabajo, ella trabaja en un banco, sale a las 8:00 cada noche, queríamos sorprenderla e irnos con ella a comer pizza, algo que no hacíamos hace mucho los 3 juntos, siempre la ordenamos.
Conduje entonces hasta el banco y me estacione al frente, queríamos sorprenderla, entonces la vimos salir, me dispuse a bajar a ir por ella, cuando vi que se detuvo y sacó su celular, y entonces me llamó.
— ¿hola? — respondí, pensé que quería que fuera por ella o algo así, ya no me llamaba al salir del trabajo, siempre soy yo quien la llama.
— hola, amor… voy a salir tarde del trabajo — me dijo, eso me sorprendió muchísimo —… sí, tengo otra reunión con el personal, ya sabes cada semana se reúnen,… esta vez parece que van a hacer cambio en el banco y pues no sé qué quieren, al menos unas horas, así que cuando llegues págale a la niñera, te llame para que no te preocuparas, ya sabes que nos hacen apagar los teléfonos…
— ok, no te preocupes… — gire y le hice una señal Allice, para que no hiciera ruidos mientras hablaba— una reunión, descuida… yo ya en un rato voy a la casa… ¿quieres que te vaya a recoger? — le pregunté.
— No, no, no… — me dijo repetidamente — no sé cuánto vaya a estar, en todo caso yo te llamo si se hace tarde…
— ok… — cortó.
En los últimos meses había tenido reuniones semanales, muchas veces, incluso 2 por semana, a mí me pareció normal, nunca pensé nada extraño, solo llegaba a casa, me bañaba, cenaba con mi hija y a dormir… pero esto me confundió, yo confiaba enteramente en ella, pero esto me preocupó.
— ¿mami no ira con nosotros a comer pizza? — me preguntó ellice.
— Ella… no, tiene una reunión… — vi cómo se subía a un taxi —… pero tú y yo si iremos ... Ponte el cinturón… — le dije y decidí ir tras ella. Sé que parecía algo extremo, pero no pude evitar hacerlo.
Conduje lentamente, manteniendo distancia, pensando en cada instante en que no debía hacerlo, una parte de mi casi gritaba regresa a casa, o ve a comer pizza con la niña, pero yo seguía conduciendo, nervioso, confundido.
El taxi se detuvo frente a un restaurante en la avenida Alaska, un buen restaurante a decir verdad, ella pagó y cruzó, se metió al restaurante, yo me estacione una cuadra arriba, traté de imaginar lo que pudiera estar pasando, que está ocurriendo, muchas cosas pasaron por mi cabeza, juro que ni cuenta me di, sin querer pasó una hora.
— ¿papá y mi pizza? — me dijo mi pequeña sacándome de mi ensimismamiento.
— si, ya vamos por ella… he…¿no quieres ir al baño? — le pregunté.
— no… — me dijo.
— pues iras… — le dije y la saqué del auto, tenía que entrar a ese restaurante a como diera lugar, tenía que sacarme el clavo, ver que estaba pasando.
Sé que es exagerado, pero cargue a la niña y me dirigí al restaurante, esperaba que me prestaran el baño. ¿Qué haría después? Ni yo lo sabía.
Logre ingresar, y en recepción nos guiaron al baño, yo estaba muy nervioso, una vez dentro no supe que hacer, solo me quede pensando, en el baño de hombres, mientras ellice finalmente quiso hacer pipí.
Salimos por el pasillo al corredor, y cruzamos el recibidor, desde donde se veía el área de mesas, di un vistazo rápido mientras agradecía al encargado que nos dejó ingresar, pude entonces ver a Sandra, estaba en una de las mesas más alejadas de la entrada, estaba con un sujeto que jamás había visto en mi vida, por la distancia no pude verlo bien, pero reconocería a Sandra a un kilómetro, estaban muy alegres juntos, eso me mató, ¿Qué estaba haciendo? ¿Me engañaba? No quería pensar eso, una parte mía si, la otra se negaba a creer eso, buscaba explicaciones.
Compre una pizza frente al restaurante, y regresamos al auto.
No probé ni un poco de esta, peor allice se la comió casi toda, me sorprendió, pero no más que lo que había visto, pensé en ese instante que quizás ella estaba negociando un nuevo trabajo, quizás era un cliente del banco, muchas cosas que trataban inconscientemente de tranquilizarme.
— papá, estoy canzada… quiero dormir… — me dijo allice, no me había percatado que eran casi las 11 de la noche.
— ok, amor, espera un rato má,s ya nos vamos… — le respondi, entonces Sandra salió del restaurante, muy sonriente con ese hombre.
El le llamó un taxi y esta subió, previamente dándole un beso en los labios, mi mundo entonces y todas mis ideas se derrumbó nuevamente, no lo pude creer, me llene de una especie de rabia y de dolor, de decepción, no sé explicarlo, fue una presión en el pecho, unas ganas de gritar, un dolor… vi como ella lo besaba y se subía al taxi y partía.
Encendí el auto y me dirigí a casa, tenía que llegar antes que ella, así que tome unos atajos.
Le hice prometer a ellice que no dijera nada, que si mamá preguntaba estuvimos n casa y comimos pizza, le prometí el sábado llevarla a los juegos mecánicos.
Deje la pizza en la sala y espere sentado a que ella llegara.
Al entrar me saludo como siempre, le sorprendió que estuviera despierto, normalmente ya me he dormido a esa hora, eran las 11:37pm.
— ¿Qué tal la reunión? — le pregunté con tono normal, tranquilo.
— bien, parece que van a sacar personal, pero… no me debo preocupar, no de mi área. — me respondió sin más.
— debiste llamarme, pude ir al banco a por ti… estaba aburrido, pudimos ir acenar, hace mucho que no vamos… pudimos llevar a la nena.
— no, como ves acabamos se salir hace unos miutos… y ya a esta hora ella duerme… veo que comieron pizza…— dice acercándose y sentándose a mi lado.
— si, te guardamos un poco, ¿quieres? Te la caliento en el microondas — me aparte de su lado y cogi la pizza.
— no, no… no tengo habmbre… nos dieron café y… unos biscochos, me llené con ellos… gracia,s guárdamelo para mañana o cometela tu…. — me dijo sorniente.
— ok… me dirigí a la cocina, estaba tan enfadado, tenía ganas de reprocharle, pero no… no lo hice…
— ¿estás bien? — me preguntó más tarde en la cama.
Era obvio que había notado mi incomodidad, no soy tan buen mentiroso.
— no, es que… tuve un día duro en la constructora, tuve que terminar unos planos para el hospital, lo están remodelando y los querían hoy, y… creo que unas medidas no están bien proporcionadas, tendré que revisarlas mañana…. Es solo eso, no te preocupes… — ,e incline a ella, la besé en la mejilla y — te amo, Sandra — le dije.
— qué lindo eres, — me besó en los labios, solo eso, — descansa, amor, mañana es otro día y seguro todo saldrá bien.
— si… lo sé, mañana es oro día… descansa, amor…. — nos abrazamos y al menos ella pudo dormir.
Es anoche entera, me la pasé pensando, recordando, suponiendo, repasando en que pude haberla jodido, en que fallé, ¿hice algo mal? ¿No le di suficiente amor acaso fue eso? Siempre he sido bueno con ella, la comprendo… aunque ese recuento me hizo ver que desde hace un año, quizás más, ella había cambiado un poco, llegaba más tarde, ya no me llamaba, contestaba su celular lejos de mi… cosas que solo ahora veo, y antes… no imagine.
Me desperté temprano, como siempre antes que ella, ya que ella va a trabajar aun a las 2:00 pm, luego de recoger a la niña del colegio, quien la lleva soy yo…, me desperté antes y revice su teléfono, que siempre deja frente al espejo de la comoda.
Como lo pensé, registro de llamadas, limpio; registro me mensajes, limpio también; mensajes enviados, limpio… eras muy obvia, amor…, yo tengo en mi celular cada mensaje que ella me mand,a aunque solo diga “nos vemos en 15 minutos” o “la bebé tiene cita este sábado con el dentista” como sea, esto me dijo mucho.
—¡¡fíjate, estúpido!!! — me gritó un peatón al cual casi atropello de camino a mi trabajo, luego de dejar a la niña en el colegio, sacándome de mi ensimismamiento, nuevamente. No estaba tranquilo, estaba pensativo, era una pesadilla todo esto, casi me paso un alto, me quedaba parado después de luz verde, no termine los proyectos del día.
— ¿te pasa algo, Kevin? — me preguntaban mis compañeros en la constructora.
— no, nada… es solo que, creo que me va a dar la gripe… no ocurre nada… — respondía sonriendo, ¿Qué más les diría?
Fue un día horrible, realmente malo para mí, no pude almorzar tranquilo, me quedé en mi oficina, pensando, mirando al vacío, le llame a Sandra 3 veces ese día, a la hora que recoge a la niña, a la hora de su descanso en el banco, y a la hora que salí, le pregunte si quería que fuera por ella… me dijo que sí.
A decir verdad salí temprano, y estuve frente al banco desde las 7:00, esperándola.
— ¿Cómo te fue hoy? — le pregunté.
— bien, me fue bien… ¿y a ti?
— si, pude… terminar algunos proyectos… he pesado… acelerar mis trabajos y… en un mes quizás… irnos de vacaciones… tu puedes pedir tus vacaciones también… nos iríamos unas semanas lejos de esta ciudad…¿Qué dices? Hace mucho que no hacemos nada los 3… un paseo en familia… como cuando Ellice tenia 3 años… ahora si recordara donde vayamos… — le dije.
— vaya, no se, sei me den esas vacacioens… — me dijo conseriedad — se vienen meses complicados, no creo…
— pero te deben las vacaciones del años pasado, no las tomamos, y las del anterior tampoco… según se están obligados, eres una trabajadora con derechos… tienes contrato… solo diles, sé que aceptaran…
— en una de las reuniones nos dijeron que las vacaciones deberán ser tomadas a mediados del año, que… no pueden darse esas libertades aun… estamos con mucho trabajo, amor… pero preguntare… también me gustaría estar con mis 2 amores…
Si, como no, era obvio que no estaba en sus planes.
Esa semana, el día viernes tuvo una nueva reunión en el trabajo.
La semana siguiente.
— tu estas raro…— me dijo una noche mientras cenábamos.
— ¿Por qué lo dices? — pregunté, aunque era obvio que esa semana había estado extraño ¿Qué quería? Las dudas y los celos me mataban, no sabía qué hacer. Ignoraba porque hasta ahora no le había encarado lo que había visto. Quizás la amo demasiado.
— pues… no lo sé, te veo como… pensativo… tenso… ¿todo bien en el trabajo? — me preguntó.
— no me pasa, nada… solo… solo quisiera pasar más tiempo contigo y con la bebé…— Ellice, pensaba en ella y en hacer lo mejor para todo, ¿Qué seria lo mejor? No lo sé. — … ella esta creciendo, y no me gusta mucho que… toda la tarde la pase con una niñera, se que Diana hace un buen trabajo y que quiere mucho a Ellice, peor ya sabes… y pues últimamente quiero estar mas cerca a ustedes 2, mis grandes amores… ¿crees que las he descuidado? — le rpegunté.
Ella hizo un silencio vacio que me causó un gran miedo.
— creo que… haces lo mejor que puedes, es decir, trabajas por nosotras, por ti, por la casa… no puedes decir que no haces lo mejor… — me sonrio.
— pero siento que no paso tanto tiempo contigo…¿hace cuánto que no salimos a cenar? — pregunté — ¿hace cuanto que no nos escapamos un fin de semana y dejamos a Ellice con sus abuelos? ¿hace cuanto que no tengo un detalle contigo? ¿hace cuanto que no te demuestro cuanto te amo…..? — le dije.
Pareció conmoverse.
— no seas tonto, se cuánto me amas… y… bueno, nuestros trabajos no nos dan mucho tiempo… ahora entiendo por qué me has estado llamando más y… yendo a recogerme… sientes que debes pasar más tiempo conmigo…
— algo así…
Ella sonrío, se acercó a mí y me besó.
— eres un gran padre, un buen esposo… no lo dudes, me haces muy feliz, nos haces muy feliz… — me dijo y se fue a la cocina.
No sé por qué no le creí nada de lo que me dijo, solo me dejó más preocupado, ya que si era feliz, no entendía por qué me estaba engañando.
Ese sábado ella tuvo una reunión, y yo me quedaría hasta tarde trabajando, era obvio que ambos mentimos.
Sabía yo que ella se vería con él al salir del trabajo, y yo la espere fuera del banco, la seguí, fueron a otro restaurante, espere pacientemente que ella saliera, se despidieron con un beso y ella partió. Él se quedó ahí parado, luego cruzó la calle y se subió a un automóvil estacionado al frente.
lo seguí y en un alto, lo choqué, lo hice adrede, tenía una idea en mente.
Nos bajamos y fuimos a ver los daños, le había destrozado las lunas traseras, mi parachoques quedó mal.
— vaya… no fue mi intención, no vi bien… lo lamento… — le dije.
— Descuida, no parece tan malo, al menos estamos bien…. — me dijo con mucha tranquilidad, lo que me hizo pensar que no me conocía, sabía que había una posibilidad que ella le hubiera hablado de mí, quizás mostrado alguna foto, no lo sé. Pero eso fue bueno.
— sí, he… descuida, te voy a pagar, amigo…— sequé mi billetera y de el, unos 100 billetes, solo eso tenia,— no se si sean suficientes, se ve que es un auto costoso.
— si, pero… bueno, ¿no tienes seguro? — preguntó.
— no, no tengo, este auto recién lo he comprabo, imagina que mala suerte tengo… - le dije, y claro que tengo seguro,— pero, descuida… — le di los 100 billetes , saqué una pluma y una tarjeta del dentista de mi hija que traía, escribi mi numeor en la parte blanca de atraz d ela tarjeta — este es mi numero, si sale mas caro, llamame y te prometo que te deposito lo que haga falta, es que no tengo mas…— le di la tarjeta.
— ok, claro… pero no creo que haga falta, amigo… no es tan grabe… aunque tu parachoques…
— no, descuida… y de verdad si te hace falta mas… me llamas y te deposito, amigo… ¿Cuál es tu numero? — le dije sacando mi celular.
— aquí tengo una tarjeta — me dijo. Sacó una y me la dio.
Sebastián Ordoñez, asesor financiero. Era un asesor, entonces ya sabia como lo había conocido.
— vaya eres asesor financiero… — le dije.
— si, ya sabes, si necesitas un asesor… me llamas también, — me dio la mano, se ve que estaba apresurado — a pesar de todo un gusto, amigo, suerte, y consigue un seguro, — me dijo.
— claro, nos vemos, y gracias… — le dije y regrese a mi auto.
Solo quería su nombre, y me dio algo más, ahora tenía su número.
¿Pero qué haría con él? Esa era la cuestión….
La siguiente semana pensé que hacer, trate de estar tranquilo, no pensar mucho, escondí el número y pensaba e imaginaba un enfrentamiento. ¿Qué haría entonces? Ahí acabaría todo, mi familia, no podría personarla, ¿Cuál sería su escusa? ¿Falle yo? ¿Fallo ella? ¿Qué pasó? ¿Se enamoró de él? No es más atractivo o joven que yo… no entiendo.
Mande a reparar el auto a escondidas, ella no debía enterarse del accidente, obviamente. Aunque preguntó por el auto, le dije que lo dejaba en la empresa, me creyó, ya que casi siempre hacia eso.
Una noche, algunas semanas después no pude aguantar más.
Lo planeé perfectamente, nada podría salir mal.
Era domingo, su celular jamás sonaba en domingo, sabía que ella no trabajaba y que ambos nos quedábamos en casa, típicos.
Tome el celular de Sandra mientras ella cocinaba y le mande un mensaje a Sebastián. Algo a lo que no se negaría.
“me siento fatal, ¿crees que podamos vernos ahora? A las 2:00 en el café que está en la avenida MIllan? respóndeme” ese café estaba a unas cuadras del banco donde ella trabajaba. Espere ansioso la respuesta.
La cual llegó a los pocos segundos.
“claro, te veo ahí, y quédate tranquila, ya hablaremos, amor” respondió, sentí una rabia horrible.
“ok, te veo ahí, de verdad necesito hablar con alguien, no falles, a las 2 en punto estaré ahí, ya no me escribas, ¿sí? Cualquier cosa yo te escribo, nos vemos, te mando mil besos” luego de eso elimine todo registro de esto y deje el celular de Sandra donde siempre.
Eran las 12:00 del mediodía, así que apenas almorzamos le dije a Sandra que tenía que ir a la constructora a recoger unos archivos, y salí, tenía el tiempo exacto para llegar, mi miedo es que ella le masajeara o llamara en mi ausencia, pero confiaba en que no, debía ayudarle a Ellice con su tarea, así que supuse que no lo haría.
Conduje rápido y 5 minutos antes de las 2 de la tare estuve ahí, ingrese a la cafetería y ahí en una meza al final del café estaba sentado.
Me acerqué a él.
— ¿Sebastián? — le dije fingiendo sorpresa.
— Hola… — me dijo poniéndose de pie y saludándome — que extraño encontrarte aquí…¿Cómo esta tu auto? ¿Lo reparaste? — me preguntó.
— si, lo repare, ¿y el tuyo?
— si, también, lo que me diste fue suficiente, claro, salvo por unos cuantos billetes, pero… nada que no pudiera yo invertir…
— qué bueno, es un lindo auto… y… ¿Qué haces aquí? — le pregunté.
— Pues espero a alguien… — me dijo.
— ya veo, seguro a una chica… ¿o un cliente…?
— no, una chica, efectivamente… ya sabes… o no estaría aquí…— sonríe y ve su reloj — ya debería haber llegado… aunque aún es temprano.
— seguro tuvo un retraso, ya sabes… cuando una mujer tiene que cuidar a una niña y a su esposo…
Me miró sorprendido, se quedó paralizado.
—¿Cómo dices? — preguntó.
— si, que cuando una mujer tiene que cuidar a su pequeña niña y estar con su esposo… es difícil que salga cuando quiera a verse con… “un amiguito” o mejor dicho “con algo más que un amiguito”
Se quedó en silencio y se sentó nuevamente.
— Mierda… — dijo.
Hizo una pausa y luego de analizar la situación pensó y respondió.
— ella jamás dice…”Fatal” y ¿“te mando mil besos”?... eso me sonó raro… nunca escribe eso…
— así es… fui yo, yo te escribí eso… pero funcionó… — me senté frente a él en la meza.
— ¿desde cuándo lo sabes? — me preguntó.
— desde hace mas o menos… un mes y quizás media semana…
— el día del choque…
— sabia quien eras, no literal mente, no sabía tu nombre… fue todo un plan, quería saber quien eras…
— ya veo… creo que lo hiciste bien…
— si, hasta yo me sorprendo de lo fácil que fue… al menos enterarme de quien eres, decidir venir aquí… eso fue difícil… pero ya no podía aguantar más…— le dije.
— no sé qué decir, no imagine esta situación…— me dijo recostándose en el respaldo de su silla.
— pues… yo tampoco me imagine esta situación… jamás pensé que mi esposa me engañara… creo que cuando uno se casa el padre olvida decir “hasta que un hombre que se entrometa en su reacción los separe” o algo así… — no sé por qué hice ese chiste tan malo en ese instante, estaba nervioso y lleno de rabia, pero estaba extrañamente controlado.
— lo que te puedo decir es que… esto sucedió sin querer, no fue planeado, no… no nos imaginamos jamás que llegaríamos hasta estas alturas… no queríamos lastimar a nadie, amigo…
— no me digas amigo…
— ok…, solo entérate de que… no queríamos lastimar a nadie…
— pero pues eso era inevitable… o mas bien, pudo haberse evitado, ¿no sabias que ella era casada? ¿Qué tenia una hermosa hija de 6 años? O me diras que nunca nos mencionó…
— lo hizo, lo hizo, cuando comenzamos a conocernos…
— y aun así comenzaron a salir juntos…
— solo se dio, amig…, solo se dio….
— como el hecho de que los encontrara… — sonreí sarcásticamente. — ¿sabes lo que mas me molesta?
— …
— me molesta que.. no se en que fallé… pensé que ella me amaba… ¿podrias explicarme eso?
— yo…
— ella tiene que haber mencionado algo…¿no es verdad? — le dije.
— ella está muy confundida… ella…no sabe que pensar, que siente por ti, o por mi…quizas no nos ama a ninguno, o quizás no ama a los…
— ¿a lo dos? — solté un carcajada. — ¿es en serio? — le dije. — ¡¿como puede amarme mientras esta en la cama contigo?! — le dije eufóricamente, pero en voz baja, no quería armar un escándalo.
El simplemente guardó silencio.
— ¡¿Cómo puede amarme si me esta engañando, me esta hiriendo como no tiene idea?! Yo la amo… la amo…¿entiendes eso?
— claro que lo entiendo…
— llevamos mas de 16 años juntos… se que… hay cosas que han cambaido, que… no soy el mismo, si, he perdido algunos detalles, no nos vemos tanto como usiera… pero… ¿es suficiebte para que me haga esto? ¿para que me lo hagan?
— escúchame, yo…
— dime…¿Qué te dice ella de mi? Respondeme…
El hizo una pausa y respondio.
— no me habla mucho de ti, cuando estamos juntos, solo somos ella y yo…y nadie mas… nadie mas…cenamos, hablamos… si, a veces n os acostamos… peor jamas te menciona, hasta ahoy se que tu eres su esposo… incluso en un momento llegue a pensar que había inventado lo del esposo y a hija solo para… ponerme una traba…
— es increíble…
— ella no lo hace por mala, o por… por que no te áme… esta confundida,… esta entre 2 mundos…
— ¿Qué le das tu que no le doy yo? Respóndame…
— no lo sé, yo… la escucho, salimos, nos divertimos… es mi confidente, me escucha… tenemos cosas en común…ambos somos del mismo signo,… que se yó, me siento y se siente bien a mi lado…
— aun no lo enteindo… tiene todo eso conmigo también…
— ¿le haz preguntado? ¿Le haz encarado a ella antes de venir aqui? — me preguntó.
— no…
— ¿Por qué?
— no lo se…— respondí.
— si, si lo sabes…— me respondió con seguridad.
— explícate…
— te da meido escuchar la verdad… es eso… ¿sabes pro que? Por ella esta igual que tu…no quiere saber que pasaría si te enteraras, si te dijera que no sabe que siente por ti,… no quiere saber que será de su relación… no quiere saber, y es por eso que yo no le digo nada… cuando estamos juntos, ella escapa de esos temores… y tu haces lo mismo… no quieres saber, por eso esperaste un mes… un mes, para encararme, o… para hacer algo si quiera…
— ¿y que quieres? Yo amo… mi familia es lo mas importante en mi vida, lo que por añor formamos juntos… y que un desconocido se encarga de destruir...
— un momento…yo no estoy destruyendo nada… nada que no haya ya estado cuarteado antes… eso grábatelo…
—…— ene se instante quise lanzarme contra él y golpearlo, pero no… preferí escuchar. — ¿a qué te refieres?
— ella me contó que desde hacía ya algunos años, como que sentía dudas, miedos…que sentía que ambos habían cambiado… que…quizás la decisión de casarse había sido algo apresurada… y que si bien te amaba, al menos en un principio, no sabía que tan fuerte podría ser su relación…o que tanto te amaría pasado el tiempo…
— no tiene sentido…. Me desvivo por ella… siempre la pasábamos bien yo…dije pasábamos…en pasado…
— la conozco 3 años, amigo…3 largos años en los que he conocido mucho de ella, de cómo piensa, como siente… quien es… y te puedo decir, que en este instante, siente por ti y por mí, casi lo mismo, solo que… tú te esfuerzas por mantener algo, que a mí me da sinceramente igual… que sea, disfruto de su compañía, sí, me gusta… la pasamos bien, pero… no quiero abrir mi corazón a algo que… que quizá sal final solo termine dañándome…
— entonces… tu no…
— no, no diría que la amo, solo… la quiero, la entiendo y trato de disfrutar de esos instantes que tenemos juntos… lo lamento, si es que eso quieres escuchar, pero muchas veces ella es quien me ha llamado, ella quiere verme, y también yo, la llamo, si… a veces quiero verla, sentirla cerca… la quiero, me gusta… pero tengo una vida aparte de esto, trabajo en una empresa, tengo hermanas, padres… amigos… ella no es aun mi mundo, pero si el tuyo… no me imbolucraría sentimentalmente con ella, no hasta saber si ella realmente pensaría en dejarte, si es que ella me amara… lo que no se…
— no sabes si te ama,… y yo ya no se si ella me ama tampoco…
— la diferencia es que… tu si la amas… y quizás en todo esto, tu seas el único que ama… ¿Por qué aun la amas, cierto? — me preguntó, no dudé ni un segundo en ersponderle.
— si… la amo, no sabes cuánto…, no ha habido día en que no haya pensado en ella desde que nos casamos, sé que muchas veces el trabajo me ha consumido horas y hora,s tiempo que debio ser para ella y si, la he descuidado… pero… te juro que he tratado en lo posible de darle todo el amor necesario… cuidar nuestro matrimonio… no se en que fallé…
— piensa que quizás no solo fallaste tú…
— no, he tenido que ser yo… siempre, siempre he pensado que para estar ene sta situación, un hombre tuvo que haber hecho algo mal…
— y yo siempre he pensado que a veces no es que uno haga algo mal, es solo que a veces no hicimos lo suficiente, no es que hayas fallado, solo debiste intentar algo más…
— mírame ahora, esuchando consejos del hombre con quien mi mujer me pone los cuernos…— eso fue patético.
— si te hace sentir mejor, me alejaré de ella…
— ¿Qué?
— si, para certe sincero, pensé que su esposo era de esa clase de estúpidos, rufianes que no peinsan mas que en ellos y descuidan a sus mujeres… no lo se, te alucinaba mucho mayor… mírate, ¿qué edad tienes? ¿35? Yo tengo 33… míranos, parecemos hermanos…, siempre pensé que eras de esos patanes que simplemente llegan comen, tienen sexo y se van a dormir y así igual al día siguiente, pero no pareces esos sujetos… se ve que la amas… lo que me hace sentir como el patan…
Extrañamente lo sentí sincero, no entendía por qué, pero parecía de verdad sentirse mal por sus actos. Pensé que me estaba engañando, no le podía creer, peor algo en mi me dictaba que este sujeto no mentía.
— sabes que es difícil de creer, ¿verdad? — le repspondi.
— lo se, no quiero que me creas, ¿Qué gano con eso? Quizás esto es lo mejor, — ,me dijo — tanto para ti, como para mi… piénsalo, yo me quitare una carga, tu tendrás un mejor panorama… y una carga menos… en tanto a ella… pues…tienes que preguntarle, hablarle, yo solo puedo decirte una cosa: ella en estos momentos, no te ama ni a ti, ni a mi…yo, no la amo, me gusta, la voy a extrañar, pero… sin duda este fin de semana estaré en mi apartamento con alguna belleza… y el sábado siguiente igual, así hasta que me finalmente me enamore de alguien que si me corresponda …. Tu por otro lado — se puso de pie — pues tienes mucho en juego, soy un hombre de palabra, por cierto; la llamare y le diré que esto terminó, que ya no seré más su amante… eso por cierto puede ser contradictorio…
— ¿a qué te refieres…? — pregunté.
— quizás eso sea lo que necesita que le diga… ya sabes, para decidir… ver a quien extrañará más, a mí, con quien pasa buenos momentos, se divierte o a ti, su esposo, padre de su hija… pero descuida, no te preocupes… las estadísticas dicen que los amantes raramente se quedan con la chica…, aunque, eso no significa que permanezcan con sus esposos por amor. La llamare de inmediato, cuando regreses a casa, ya no formare parte de su vida.
Luego decirme eso se dispuso a salir.
— Hazme un favor… — le dije deteniéndolo a unos pasos de mí.
—… ¿sí?
— no le digas que nos vimos,… yo hablare con ella al llegar a casa…¿me haces ese favor?
— claro, y descuida, seré claro con ella… tu… no mereces esto que te estuvimos haciendo, créeme o no, no me interesa, pero me siento muy mal… — luego de eso partió, no sé si el infeliz es un gran actor, o de verdad lo dijo de corazón, peor le creí.
Conduje a casa lentamente, pensé muchísimo en el camino.
Entré, la niña estaba en la sal, viendo televisión.
— ¿tu mami? — le pregunté.
— esta en su habitación… estuvo llorando — me dijo en voz baja… — ¿todo esta bien papi? — me preguntó.
— lo va a estar, amor, lo va a estar… tú no te preocupes — me incline le di un beso y camine a la habitación.
Al entrar la vi ahí, acostada, mirando a la ventana.
— hola, amor… — le dije entrando.
— hola… — me dijo, su voz se escuchaba partida.
— ¿ocurre algo? me dijo Ellice que estabas llorando…
Se sentó y giró a verme, tenía los ojos rojos.
Yo la vi y sentí una mezcla de sentimientos, verla así me dolia, pero a la vez ael saber el por que de esas lagrimas me hacían sentir rabia.
— Ven, abrázame… — me dijo, me sorprendió, pero lo hice sin pensarlo.
Al abrazarme comenzó a llorar con más intensidad.
— tranquila, amor… tranquila…— solo eso le decía, esperando que se calmara.
Fue entonces que me lo dijo, no lo esperaba.
— perdóname, Kevin… de verdad perdóname… — me dijo, yo, solo le seguí el juego.
— pero… ¿Por qué? ¿Qué pasa? — le dije mientras la abrazaba, sin mirarla a la cara, ella no me dejaba apartarme de su cuerpo.
— sé que me vas a odiar, sé que… sé que no merezco tu perdón… pero… de verdad estoy muy arrepentida.
La aparte de mí y la miré a los ojos.
— ¿Qué ocurre, Sandra? — le pregunté nuevamente, ¿me lo diría ella misma? Pensé.
— desde hace más de 2 años… me he estado viendo con alguien a tus espaldas. — me lo dijo.
En una circunstancia diferente esa noticia habría hecho que saltara de la cama y me pusiera como un loco, no sé, gritar, apartarme… pero no, no quería hacer eso… ella continuó yo solo escuché.
— créeme, que… no fue por dañarte, yo… yo solo estaba muy confundida, no sabía que pensar que hacer… y el, él llegó en una época en la que… necesitaba de alguien, alguien que tú ya no eras… perdóname, pero… sentí muchas dudas y… el me… me mostro cariño, aprecio, me escuchaba, me recordaba todo eso que tu… ya no me dabas…, eso a lo que… me habías acostumbrado y enamorado…— mientras hablaba, seguía llorando, bajaba la mirada , yo solo escuchaba — …sé que no fue la forma, sé que… fue un error, pero… no sabes cómo me siento, yo… no sabía que sentía por ti…
—…más de 2 años, Sandra… más de dos años…— interrumpí.
—… lo sé, fue mucho tiempo, lo lamento…no sabes cuánto, pero… terminó… ya no más…
— ¿terminaste con él? ¿El terminó contigo?... — pregunté, de su respuesta dependería mucho, pensé.
—… el terminó conmigo…
— ¿Qué quieres que piense? — pregunté.
— entiendo, entenderé si… ya no me quieres ver… entenderé si ahora me odias…
— cómo puedo odiarte, Sandra… si yo solo vivo por ti…, Cómo odiar a la persona que me dio lo más hermoso de esta vida? ¿Cómo odiarte?... no puedo — sonreí, no sé por qué — puedo… sentirme el estúpido más grande de este planeta, pero aun así, no puedo odiarte… solo… me siento triste… decepcionado, y no solo de ti…. Yo he fallado también…
— tu, siempre has sido bueno… haz sido el mejor, el mejor padre, el mejor esposo… no debí buscar en alguien más, nada… fue un error, debí buscarlo en ti…
—… ¿Por qué terminó contigo? Dímelo… necesito saber…
— el, el… me dijo que…me amaba,… que estaba enamorado de mi — eso me dejó sorprendido — me dijo que yo era una gran mujer, que a pesar de la circunstancias, no pensaba mal de mí, que se había enamorado y que sentía que estaba mal, que hoy tuvo una señal, una señal que le dijo que… debía decírmelo, que se lo había guardado todo este tiempo, me preguntó si es que yo correspondería ese amor que él me daba… mi respuesta entonces fue que no, porque… yo amo solo a una persona… a ti… eso le dije…
— ¿y por eso terminó contigo? — pregunté.
— me dijo que él lo sabía, que sabía que yo te amaba… que siempre te he amado y…que si esto que sucedió, sirvió para que yo me diera cuenta y… no echara a la basura mi matrimonio, él estaba feliz, pero… que ya jamás me volvería a ver, y me dijo que… todo esto había acabado… me dijo… que te fuera sincera… que si te amaba de verdad… te contara todo, por alguna razón el…insistió en que debía contarte… luego de eso… dijo que me amaba y me cortó…
Ahora entendía la tristeza de ese sujeto, su arrepentimiento, sabía lo que sentía yo, la amaba… si la amaba…. Me había mentido… ¿pero por qué? No lo entiendo.
— entonces… acabó… te diste cuenta que si me amas… — le dije.
Ella secándose las lágrimas asintió.
— te amo, Kevin… te amo y no sabes cuánto lamento haberte lastimado, y haber lastimado también a ese hombre que… me dio su cariño, confianza, amor… me siento como una basura…
Me acerque a ella y la abracé, solo eso, la abracé en silencio durante unos minutos.
— ¿papi? — Ellice entró entonces. — ¿pasa algo? — preguntó al ver a su madre llorar y a mi abrazándola.
— No.., no pasa nada, linda… ya pasó… si, ya pasó…— le hice un gesto para que se acercara a nosotros, se lanzó corriendo — ¿verdad, Sandra? ya pasó…— le dije sonriéndole.
— Si, ya pasó — comenzó a llorar y nos abrazamos fuertemente los 3.
Para muchos puede parecer un error, una estupidez de mi parte, muchos dirían que debí terminar con ella, llevarme a mi hija, odiarla incluso, pero no pude, no pude por que la amo, y sé que ella me ama, quizás tuvo que suceder todo esto para que ella se diera cuenta, quizás… sentir que pude perderla me hizo ahora ser más detallista, darles más tiempo a ambas, ser nuevamente quien era en un principio de nuestra relación, traerle flores de vez en cuando, mandarle mensajes de amor, salir todos los fines de semana, cenar… estar atento a sus necesidades, como dicen por ahí el amor hay que cuidarlo día con día…porque es una piesa tan preciada que muchos están pendientes a ir y tomarlo…, no culpo a Sebastián, en parte le podría agradecer, lo que hizo no sé si yo lo hubiera hecho, no sé si fue sincero conmigo y le mintió a ella, o si me mintió a mí y a ella le abrió su corazón, lo que si se es que fue un hombre, al afrontar con la verdad una situación, a sabiendas que podía perder.
Han pasado 3 años desde esa tarde en que recupere a mi mujer, recupere mi familia, no he sabido nada de él, espero de verdad que haya encontrado el amor y sea tan feliz como ahora soy yo.
FIN.
Franck Jimmy Palacios Grimaldo
Jueves, 29 de marzo de 2012
Franckpalaciosgrimaldo30 de marzo de 2012

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