¡Entonces vivo!Vivo como esclavo
Como el árbol y el perro; como el banco y la plaza;
Y su hombre durmiente.
Despierte la esperanza de las palomas girando en un cielo fundado por el sudor de los hombres.
¡Entonces vivo!Vivo como rabia
Como el perro y la espuma; como el ladrido y los dientes;
Y al hombre despierto:
Despierte la esperanza de las palomas girando en un cielo fundado por el sudor de los hombres.
¡Entonces vivo!Vivo como agua
Como la tierra y el río; como el fuego y el barro;
Y la lava flotando,
Despierte la esperanza de las palomas girando en un cielo fundado por el sudor de los hombres.
¡Entonces vivo!Vivo como luz
Como el sol y el perro; veloz; fugaz;
Y al hombre despierto:
Despierte la esperanza de las palomas girando en un cielo fundado por el sudor de los hombres.
El hombre descubre su vida al percibir su libertad, ¡Entonces vivo!-grita.
Las cadenas que lo atan se pueden romper, aunque por momentos solo se estiran y parecen tornarse irrompibles; pero todo es frágil. La vida concluye siendo frágil.
La libertad es lograr romper esas cadenas que nos atan, con lucha e ingenio, y cierta pasividad cuando sea necesario.
¡Entonces vivo!Vivo como viento
Como el relámpago y el miedo; veloz; real.
Y el grito radiante:
Despierte la esperanza de las palomas girando en un cielo fundado por el sudor de los hombres.
Es libertad las palomas flotando en un cielo infinito,
Es libertad el hombre trepado, feroz, en la rama.
Es libertad la lágrima lava por el embalse facial.
Es libertad el grito sagrado de la urbe enfurecida.
Es libertad la tierra dorada que funda los caminos.
Es libertad la cadena vencida, derrotada en el lodo.
