A la pequeña niña de 10 años
que sonreía indisriminadamente
le regaló su profesora
unos zapatos nuevos
que le hicieran olvidar
la leucemia,
aunque fuera solo un poco
si es que se puede.

A la profesora,
no contenta con ello,
se le ocurrió
La maravillosa idea
de llamar a los medios
de comunicación.

Con un poco de fortuna
encontraría humanidad
suficiente
en forma moneda
capaz de despertar
la compasión
a los mejores médicos
del país

Todo el montaje entonces
se puso en marcha.

La madre
de la pequeña niña de 10 años
vistió a su hija
para la cita
con su mejor conjunto
incluido los zapatos nuevos.
Apenas se le percibía pobreza alguna

No tardo mucho en llegar
el periodista
al drama.
Y no tardó mucho
en decepcionarse
Cuando vio que no se
trataba de una niña moribunda.
ni la madre parecía desesperada.
Las dos sonreían.
¡PARECE QUE ESTA SANA!
¡PERO MIRA COMO SONRIE!
pensaba indignado.

Cuando el periodista
y el cámara
quitaron el papel
de elefantitos
de la habitación
Lla madre
ya no sonreía.
limpiaron el cuarto
de todo rastro de alegría
le deshilacharon el vestido
le cambiaron los zapatos
por unos que estaban rotos
la madre se negó
a que le raparan
la cabeza
entonces
la despeinaron
le obligaron a coger un peluche
y a quitar la sonrisa.

bueno, ahora si que esta perfecta
le decía al cámara
“Si, ahora sí que da pena”.
Y los dos la miraban
sonriendo,
disfrutando del trabajo bien hecho.
Unos putos yonkis de la compasión.



Pusieron los focos
conectaron las cámaras
y comenzaron a grabar
"Es la historia
De una chica
De un barrio pobre
De Avilés....."
Comenzó
el periodista
a contar lo dolorosa
que era la leucemia
y la gran tasa
de mortalidad
si no se trataba
con los mejores medios,
lo antes posible.
Acabo el periodista
su discurso.
Cogieron la cámara,
los focos
extendieron un cheque
de 10 euros a la madre
y se marcharon tan rápido
como habían venido.
Dejaron por su paso
un cuarto vacio
de alegria,
sin papel
De elfantitos
y una niña de 10 años
a la que ya
no le gustaba ser la protagonista
de una historia,
que ya era historia.
Y nunca más hubo nadie
capaz de arrancarle
Una sonrisa.

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1 Comentarios

• 

  Luigghi

  Excelente. Me recuerda a una antigua película italiana en la que la novia de un pobre muerto de hambre le dice que tiene que ir a una entrevista de trabajo pero que debe vestirse bien, así que empieza a pedir prestada la ropa, los zapatos y cuando acude a la obra hecho un pincel, el capataz le dice que no puede darle el trabajo habiendo gente que lo necesita más...

  24/08/09 04:08