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Poderes En Juego (capitulo Ii)

Quitando a los innecesarios

Craig se fue rápidamente hacia la secundaria donde el estudiaba. La secundaria que se rio de el durante todos los años que el llevaba allí. Era algo normal que los tipos del equipo de futbol o de baloncesto siempre intentaran hacerse con los mas débiles, los que no tenían chicas o por lo menos el exceso de seguridad que ellos tenían. Pero ya esos hombres representaban una amenaza para Craig, lo que hacia que sus idas a la escuela fueran una pesadilla para el, sin contar lo caída que estaba su vida.
Ya había llegado al lugar donde quería llegar. Se encontraba fascinado al saber que también tenía la grandiosa habilidad de saltar 5 metros mas de lo que podría saltar un humano común y corriente, un humano que no hubiera tocado un cubo que le hubiese producido eso. Durante todo el camino Craig se la paso pensando en el origen de ese cubo. El siempre había sido un muchacho de curiosidad, que quería saber el porque de todo, saber lo que estaba haciendo y con que propósito lo hacia, ese era el. Pensó mientras meditaba para sí mismo.
Una vez en la secundaria noto que ya todos se habían olvidado de lo sucedido y estaban siguiendo su día común y corrientemente, la rutina que siempre los agobiaba volvía a hacer de las suyas. Pero no le extrañaba a Craig. Pensaba mientras se hundía en su propio odio y mientras también planeaba su entrada especial para demostrarle a ese tipo del equipo que Craig no era ningún idiota.
Siempre a la primera hora de los viernes el equipo de futbol entrenaba para sus juegos del fin de semana a los cuales gran parte de la escuela iba a apoyarlos, Era una de las mejores fanaticadas de toda la liga colegial. Entrenaban muy duro, para poder sacar los músculos con los cuales le pegaban a Craig.
Entró sin mucha cautela al campo, anunciando su llegada con una pose erguida y muy segura de si mismo. El hombre que se hacía llamar Josh (quien lo había golpeado mas temprano) y tardó poco mas de 1 minuto en darse cuenta de que su pequeña sabandija ya había llegado al estadio. Les habían dado unos diez minutos de descanso así que se acercó hacia donde se encontraba Craig.
-Vaya, parece que has vuelto para que termine de golpearte.-Replico Josh.-Me impresiona lo muy masoquista que eres.-Le puso una mano en el hombro para agarrarlo y Craig se la removió con mucha rabia.
-No te atrevas a tocarme. –Respondió Craig. –No te molestes en ponerme un dedo, si no te sentenciaras a ti mismo.
-Ja Ja. –Replico Josh. –De verdad crees que me vas a intimidar con esa vocecita? Pues no será así. Chicos vengan acá! –Llamo a sus compañeros de equipo. –Démosle a este payaso su buen merecido ya que ha vuelto por el.
Los hombres del equipo de futbol, que se encontraban algo cansados por la faena del entrenamiento no lo dudaron 2 veces para ayudar a su compañero a joder al tonto de la clase para así poderse reír un buen rato luego de escuchar por tanto rato la voz gritona del entrenador. Luego de cuatro tipos fornidos tomar del tronco y de los hombros a Craig, que se había dejado agarrar, Josh estaba preparado para dar su primer golpe a relucir. –Muy bien idiota, con este te iras directo al hospital por fractura de cráneo. –Replico el hombre con mucha rabia dentro de sí. Y sin pensarlo mucho alzó su mano y con rapidez lo dirigió a la cara de Craig.
Craig, que se encontraba muy poco interesado por la situación se concentro un momento en lo que quería hacer. En fracciones de segundos antes de que llegara el golpe a romper su cara. Poso las manos sobre dos hombres de los cuatro que lo sostenían con mucha fuerza y cerró los ojos apretándolos considerablemente y, finalmente, justo cuando el golpe estaba rozando sus facciones de la cara. Desató toda su furia interior.
-PUM! –Sonó esplendorosamente la explosión que este provocó. Una combinación de luz y calor que se expandía por una pequeña región en la que el se encontraba.
Los cinco cuerpos salieron disparados en diferentes direcciones, y finalmente cayendo en el suelo con fuego en su cuerpo. Josh, que era al que todavía le quedaba aliento y poca fuerza pero algo de fuerza, entonó unas palabras de arrepentimiento en consecuencia del miedo a morir que tenía.
-Qu, Qui, Quien eres? –Titubeo.
-Soy yo, el mismo idiota al que hoy le pegaste y humillaste en frente de todo el mundo. El idiota que siempre llevaba un mal atuendo el cual tu aprovechabas para burlarte. Buscabas el defecto mas pequeño de mi para arruinarme el día. Pero ahora te das cuenta de que tu tienes un defecto mas grande que todos los míos. Tus suplicas cuando sientes miedo de morir. Ese es tu gran defecto. –Expreso Craig.
-Tu no eres el perdedor que yo conocí. –Dijo muy forzadamente Josh.
-Claro que si lo soy. –Respondía Craig con cierta prepotencia. –Solo que ya estoy harto de que todas las personas en este mundo intenten joderme y destruir mi vida cuando ya he tenido suficiente de eso no exactamente por ustedes. Pasa que su desconsideración con el mundo es grande. Pero para eso estoy yo, para hacer que este mundo o, al menos la región donde yo vivo empiece a darse cuenta del mal que ellos hacen devolviéndoselo.
La explosión se había escuchado en toda la escuela. Hasta en el rincón mas pequeño que existía allí. Todas las personas que se encontraban en el campo habían quedado en shock o habían salido corriendo apenas habían escuchado la explosión. Era un momento horrible y Craig sabía que la gente no tardaba en llegar. –Sabes que? –Le explicaba a Josh. –No puedo quedarme mucho tiempo acá, pero fue bonito que compartieras tu miedo conmigo. Adiós. –Y sin mucho más que decir, se fue corriendo y saltando del lugar.
En la colina, todavía estaban Max y Erik. Tirados en el suelo durmiendo como bebes recién nacidos, de manera de que casi nada los podría despertar de su sueño profundo. Pero de repente, Max despertó. –Donde estoy? –Se preguntaba algo aturdido y mareado, pero a los pocos segundos se pudo recordar de la razón de su estadía en ese lugar.
Intentó despertar a Erik, pero no fue necesario, ya que el también se habría despertado unos segundos después de el.
-Erik, párate tenemos que irnos. –Dijo Max.
-Claro, ya me paro. –Replico Erik. – Donde se encuentra Craig?
En ese momento a Max le entró un escalofrío tremendo, ya que al voltear la cabeza hacia todos lados no pudo conseguir a su compañero Craig. –Mierda, Craig. Si se fue tan rápido capaz es porque cometerá una estupidez.
Frnzcisco22 de junio de 2012

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