Qué putada vivir si no es en su piel.
Qué putada saber que yo estoy aquí
y tú estás allí.
Qué putada preguntar.
Qué putada esperar.
Qué putada querer respuestas, y qué putada encontrarlas,
qué putada que no me gusten, y que estas se hagan de carne.
Qué putada que la canción diga que antes que ver el sol prefiero
escuchar tu voz.
Que putada que piense igual.
Qué putada que nunca pase.
Qué putada no entender.
Qué putada ignorar.
Qué putada no hacerlo.
Qué putada la filosofía, y las ciencias.
y cualquier asignatura si no es de tu materia.
Qué putada escribir y recordarte en cada sílaba tónica.
Qué putada buscar coherencia y darte cuenta de que todo carece de ella.
La mayor putada es que yo carezco de tu mirada.
Qué putada no poder vivir sin ti.
Qué putada que no haya manera.
De nuevo otra canción,
que una tras otra me hablan de ti.
Lo odio.
Qué putada el no creer en ningún dios
y estar en contra de la religión.
No, obviamente esa no es la putada.
La putada es que tú seas mi deidad más absoluta
y rezar no sirva para nada.
Qué putada tener infinitas preguntas
y que todas las respuestas crea que somos
tú y yo.
Qué putada que no entiendan la magnitud de tenerte dentro
sin que estés.
