Fantasías.
Fue un alivio llegar finalmente a aquella habitación y sin evitarlo vino a mi mente aquella imagen, mi cuerpo desnudo sobre ella.
Esto es lo que hace tomar unas copas de vino de más.
¡El sexo y el trabajo nunca deben mezclarse! Pero ¿a quién engaño? Me moría de ganas de hacerlo.
Ya frente al espejo comencé a deshacerme de esa ropa tan formal, me gusta apreciarme, mirarme, por lo que fui consiente de cómo se endurecieron mis pezones. Intentando borrar esos pensamientos me fui a la cama y me encontré con la misma imagen, su cuerpo desnudo sobre mí.
¿Cómo había pasado esto? A penas le conocía hace un par de horas.
Mi lengua humedecía mis labios mientras mis manos viajaban lentamente a ese lugar tan deseado, deseaba sentir, deseaba sentirla dentro de mí, así que gire lentamente mis dedos y arquee mis caderas para conseguir un poco más de profundidad. Pero aun así, necesitaba mucho más, así que comencé a imaginar sus manos presionando contra mí, su lengua haciendo círculos precisos alrededor de mis pezones. ¿Tendría ella alguna idea de cuan excitada me sentía en este momento? Me imagine a mí misma tocándome para ella, pero necesitaba más y más era excitante pensar en la cantidad de personas que están haciendo lo que yo deseo en estos momentos, así que estar sola me parecía completamente aburrido.
Me encontraba inquieta, así que encendí un cigarrillo y corrí un poco las cortinas, dándome una vista de aquella playa que comenzaba a oscurecer, tome una cerveza fría y le di un trago intentando calmar mi ansiedad. Cada sensación en este momento me hacía más vulnerable a mis deseos. Divise el grupo de personas que aún se encontraban frente a la playa y eso me hacía sentir aun un poco más perversa. Saque la ropa que quedaba y me recosté en la cama frente a aquella hermosa vista y todavía anhelaba tenerle entre mis piernas.
Tocándome.
Di un trago a mi cerveza y unas cuantas gotas se escurrieron por mi pecho, frías, húmedas, endureciendo mis pezones en el acto, mientras abrí las piernas y comencé a deslizar mis dedos por mis pliegues con necesidad, tocando más profundamente y comenzó a gustarme esto de sentirme a mí misma. Subí mi mano y humedecí mis dedos con la lengua, probándome un poco.
Situé la botella entre mis piernas y la sentí fría y dura y de nuevo su imagen vino a mi cabeza, quisiera estar haciendo esto para ella, comencé a pensar en sus manos, en su lengua en su voz.
muévete debajo de ella, un poco más rápido
tócate para mí
derrama un poco de líquido sobre ti, quiero sentirte húmeda, mucho más húmeda cariño
ellos están mirando desde la ventana
regálales un espectáculo
tócate un poco más para mí
Y así lo hice, justo como imagine que le gustaría, sin contener mis gemidos, diciendo su nombre en suaves susurros.
siéntete
frótate fuerte para mí
imagina todas las cosas que te haría
Comencé a subir y bajar la fría botella por toda mi humedad y poco a poco mis paredes se contrajeron explotando en un orgasmo casi salvaje. Una capa de sudor cubría mi piel, poco a poco mi respiración se fue regulando y me encontré a mí misma en una de las situaciones más atrevidas y placenteras que he experimentado, masturbándome en vivo, con la ventana abierta y el anochecer de compañía, con un montón de extraños que observaban desde abajo, una botella medio vacía sobre la cama y un cigarro a medio consumir.
