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Le Debo El Nombre de "parte Uno"

Le prometí divagar un poco acerca del odio en esta noche, como para darle más tono a su mundo de definiciones. Me encarnecí porque
El odio sabe como es que se empolvan los muebles , le dio rienda a mortíferas oleadas oscuras en los desiertos más blancos, y lecho al muerto que no buscaba fallecer. D odio está ceñido la intolerancia del ideal y el ideal mismo por ende, rajado a causa de la ira. Me hizo reflexionar acerca del odio pasional, que envenena como nada lo hace y del odio del hombre a su creador, pero… Me demoré cenando el postre y no muchas de estas cosas se encontraban en el recuerdo, en ninguna clase de recuerdo emocional que me sirviese como arma de batalla. Entonces me encontré firmemente con mi propio odio como respuesta no solo a eso, sino a cualquier otra cosa.

.-Hijos de puta capitalistas concebidos en el poder, escondidos tras la facha de las democracias mundiales y asentados en los costados de la tierra, no solo promulgan la idea del trabajo, el progreso y la vacuidad, sino que al estar acechando tras toda fuerza económica, pervierten hasta a los Súper-estados que inculcan esa enervante parte de razón, incluso los que giran en la ultraderecha o ultraizquierda. Todo, hasta lo incomprensible, comprado.
.-Bien, estos son tiempos de simplificar las cosas. El incognoscible capital toma el control de la gran mayoría de los canales humanos de diversificación, el sentido de “proceso”, se suceden unos treinta, cuarenta años. Seguimos acá nosotros, los culposos causantes de semejante oleada de veneración al dinero, y víctimas también del mismo, que no considera, mira ni esquiva al pasar, sino que choca y tira todo cuanto puede para que las diferencias no se acrecenten. Sin sentirme comunista porque el comunismo asquea hoy día, es factible pronunciar que el capital es el que ordena las maquinarias del cine y la música, artes plenas de liberación humana, para sus auténticos fines de panfleto, para la divagación austera de contenido, una versión peor que la filosofía dadaísta. Desparramó el pensamiento y las creencias, y lo mezcló con estilos de vestimenta, preferencias desviadas al odio y no a la unidad. Comercializó con colores al cristianismo. Destruyó la biblia sin destruirla realmente---
.-El capitalismo tiene tal vez algún objeto a futuro, expresa su propio sentido ideológico a la hora de actuar, por más que este parezca nulo, pero esto no importa demasiado, nada. A su vez, diseñó el efecto licuadora para nosotros, y reprogramó exitosamente lo que le convino. La maldad sujetó las razones en un tibio abrazo de traición, y colaboró enteramente en las manos de los prodigios y los convencidos, y nada más que estos, que llevarían a cabo tan directa y aprehensiva propuesta. La aceptación por parte de la ciudadanía de esas premisas chillonas histéricas e hilarantes como una salvación a las formas trágicas de el tiempo que arrecia, es una completa falsedad y descreimiento completo de la causa y su gran menester. Es un engaño flagrante. Creer en el poder de la brutalidad colorida, de las órdenes impartidas por quien eleva el puño en amenaza a la anatomía misma del ser, es una negación del ser, y del espíritu que en él reside.-
Gentio10 de enero de 2012

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