Y es que al ver a las estrellas me di cuenta que el universo me hizo entender todo, que hay personas que brillan, y no se dan cuenta que iluminan la vida de otros, simplemente existiendo. Tanto en lo bueno como en lo malo, y en un cielo forrado de notas y sentimientos para mí, hoy me di cuenta que ya ni vale la pena volver a leerlas, que aprender me falta mucho pero para dejar de sentir, ¡demasiado! y que tus mayores miedos te los creaste vos sola y que tus mayores miedos al fin y al cabo los cumpliste en mi contra, que yo intente todo por ver un poco de luz en un universo que ya conocía y que ya sabía cuándo se iba a apagar, pero me encanta ser el mismo idiota de siempre que intenta descubrir universos nuevos donde todos tienen las mismas estrellas y que lo único que cambia es que a veces, a veces algunas estrellas brillan mas pero que al fin y al cabo la oscuridad las traga y créeme que costo tiempo volar hasta allá para comprobar que siempre es igual, pero yo sigo creyendo, como en las bolas de fuego, que a veces algo distinto hay y que algún día va a cambiar.
Que me acostumbre a entrar volando por una ventana abierta y que ahora para poder entrar necesito romperla y no quiero, porque de tanto entrar por las ventanas volando ya los vidrios me cortaron todo lo poco que había y que si sigo rompiendo ventanas esto va a terminar mal, es mejor dejar de volar por un buen tiempo, y entender que ya no vas a abrir la ventana y que si, que ya alguien abrió tu puerta y que se, que se bien que esto iba a ser así y que ya sé quién va a ser el siguiente que va a terminar con astillas en las manos por no tener la puerta abierta. De todas formas este universo es mío, lo veo como lo tengo, lo siento como esta y todavía me siento afuera a preguntarle cómo se siente, aunque ya no tenga ganas de estar atento por un deseo. Al menos tengo la suerte de ser extremo en ambas partes, de esos que en un tiempo te extrañan como nunca nadie te extraño, pero que después de eso, nunca más vuelven a extrañarte.
