Brindo.
Por los versos que nos salvan, por los solos de guitarra que parecen decirnos “aguanta un pelín más”...
...los estribillos que no nos dejan en paz rondando por nuestras cabezas, pero que atormentan a los malos pensamientos.
Esta noche amarga brindo por esa piel de gallina, que no provoca el frío sino la única musa que todos compartimos: la música.
Por las canciones, las melodías, y como no, sus cantantes.
Porque cuando la tristeza me arruga el corazón, y me pierdo a mí misma, solo hay una forma de volver a encontrarme. Darle al play.
Que no mueran nunca los cantantes.

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