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Día Extraño

Sentado, frente al mar, cansado, vuelvo a mirar atrás. No recuerdo como he llegado hasta aquí,
intento recordar, debo haberme equivocado, otra vez, cierro los ojos, otra vez.

Pensó él al ver los vómitos quebrados de ilusiones robadas y placeres vendidos por un trocito de vida moderna,
y mientras tanto, sigues comprando falsos lamentos hipócritas de todo aquello que nos han vendido, perplejo por
no poder vislumbrar un futuro mejor, un aumento de acrílica esperanza que viaje en el tiempo como espuma entre
las olas, como humo espeso liberado, y sigo sentado, frente al mar, y de nuevo, cierro los ojos, otra vez.

Anabel no responde.

Cierro los ojos, otra vez, sigo sentado, me levanto. Me he dado cuenta que cuando la luna brilla no existe
magia capaz , que el cielo inmenso se aclara cuando quemo mis recuerdos y sus negras cenizas se esparcen
a orillas de este azulado mar, escribes con tinta de sangre dentro de mi memoria y piensas que la amistad es perenne e
inmortal, piensas que existe alguien capaz de hacerla perdurar, pero ni el mar que diviso, ni la fuerza de su bravura son
armas contra el olvido. Algún extraño día en algún precioso lugar volveremos a encontrarnos, volveré a verte llorar, será
tarde quizás, sigo de pie frente al mar, abro los ojos, los vuelvo a cerrar, otra vez, me he vuelto a equivocar.


Anabel no responde, mientras que las tensas pero rígidas cuerdas afinadas comenzaban a vibrar en manos de él.

Él canta - Hace muchos, muchos años, en un reino junto al mar…………………………..




Tributo a Edgar Alan Poe (traducción al español)


Hace muchos muchos años en un reino junto al mar
habitó una señorita cuyo nombre era Annabel Lee
y crecía aquella flor sin pensar en nada más
que en amar y ser amada, ser amada por mi.

Éramos sólo dos niños mas tan grande nuestro amor
que los ángeles del cielo nos cogieron envidia
pues no eran tan felices, ni siquiera la mitad
como todo el mundo sabe, en aquel reino junto al mar.

Por eso un viento partió de una oscura nube aquella noche
para helar el corazón de la hermosa Annabel lee
luego vino a llevarsela su noble parentela
para enterrarla en un sepulcro en aquel reino junto al mar.

No luce la luna sin traermela en sueños
ni brilla una estrella sin que vea sus ojos
y así paso la noche acostado con ella
mi querida hermosa, mi vida, mi esposa.

Nuestro amor era más fuerte que el amor de los mayores
que saben más como dicen de las cosas de la vida
ni los ángeles del cielo ni los demonios del mar
separaran jamas mi alma del alma de Annabel Lee.

No luce la luna sin traermela en sueños
ni brilla una estrella sin que vea sus ojos
y así paso la noche acostado con ella
mi querida hermosa, mi vida, mi esposa.

En aquel sepulcro junto al mar
en su tumba junto al mar ruidoso.

Hace muchos muchos años en un reino junto al mar
habitó una señorita cuyo nombre era Annabel Lee
y crecía aquella flor sin pensar en nada más
que en amar y ser amada, ser amada por mi.

Fin tributo a Edgar Alan Poe




Anabel ya no está y yo cierro los ojos, otra vez, me siento, otra vez, me levanto, frente al mar, camino, vuelvo a caminar, me pierdo en el horizonte. Mi guitarra flota.

Te veo, precioso lugar, te veo llorar, es un día extraño.

By: GO!


Go18 de enero de 2008

3 Comentarios

  • Fede

    Muy bueno, realmente interesante como transportas al lector.

    Un gusto leerte.
    Saludos, Federico.

    19/01/08 04:01

  • Go

    Muchas gracias, Federico.

    Cuando tenga un rato escribiré más para que vayáis conociéndome.

    22/01/08 02:01

  • Libelle

    Me lo guardo para mi un abrazo de otra Anabel

    28/01/12 07:01

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