Cruzaría la esquina y te besaría en frente de una Cantina.
Para que todos los borrachos con su melancolía llorasen sin consuelo algúno por mi y mi adorada Martina
Mi joven princesa que a una Diosa se asemeja,
mi divino ser que de vez en cuando, en persona se me presenta.
Mi amada encantadora que me hace seder ante sus pasos y me enamora
El anhelado respiro, que me da la vida luego de que me presiona.
El agua bendita que me regala el filo, luego de que me corta.
El descanso que me da el oficio, luego del duro trabajo.
El frío que me da el viento, luego que el Sol casi me devora.
Me avergüenza mostrarte mi bestialidad,
porque ya es bien sabido, que soy un estúpido.
Y lamento mucho cuando mi imbecilidad te fastidia y lastima.
Lamento mucho cuando mi orgullo te irrita y joroba.
Ya no te va a molestar mas mi ego,
pues por ti, lo maté y con mis venas lo enterré.
Por eso ahora me dedico a alabarte y disculparme
Cada vez que te hago daño sin siquiera darme cuenta,
lanzo un grito sordo al cielo y a mi estupidez le ruego:
Que deje de incitarme sin avisarme.
Y a mi mente le digo:
que deje de pensar de más,
que solo es mi corazón, el que piensa ahora.
Te amo, y te adoro, te quiero y te necesito
Perdón, por tanta inseguridad con la que aveces me precipito.
Soy un dulce monstruo enamorado, perdón porque no me asemejo ni a un principito.
