El jardín siempre me atrae cuando se llena de hojas de tilo. Salgo de la casa y voy pisándolas, acompasando mis pisadas con su leve llanto de hoja seca. Doy tres vueltas y saludo al caracol eterno, que lleva su vida entera durmiendo sobre el muro. La tarde me permite mirar más allá del horizonte. En mitad de este silencio estalla la tormenta. Viento sobre el césped que vuela, que se alza hasta los nubarrones y allí, nada permanece. Me llaman para que entre. No quiero hacerlo, y no sé por qué. Quizá caminar despacio me haga renacer entre la lluvia fina y ese largo dirigirme hacia ninguna parte. Escucho mi nombre, que se repite desde la ventana más alta. Con un leve gesto de la mano saludo y sigo caminando. Noto la humedad en mi piel. El frescor de la tarde es una forma de caricia que te impide abrir los ojos. Musgos sobre viejas piedras. Allá, donde el castaño perdió su hermosa rama, se encuentra mi silencio. En la magia de una tarde la atmósfera te invita a olvidar, a olvidarte, a dejar de ser.

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8 Comentarios

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  Beth

  Gracias. Me he dejado llevar por tus letras y por la nostalgia y he hecho un viaje al pasado, a mi niñez. Y hasta me ha parecido oler de nuevo la loción para después de afeitarse que se ponía mi padre cuando me llevaba a pasear con él, de la mano, y me iba enseñando el nombre de los árboles

  25/07/11 07:07

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  Oindacochea

  Nada más inspirador que caminar bajo la lluvia y sentir el olor a césped mojado. Sentí las hojas secas bajo mis pies cuando leí tu relato. Saludos. Olga

  26/07/11 03:07

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  Retales

  En la magia de una tarde de tormenta. Evocador texto. Poder caminar bajo esa tenue lluvia acariciándote el rostro es una sensación que nos hace adentrarnos en nuestro interior. Esa soledad tan necesaria a veces, se hace latente en esos precisos momentos de incipiente tormenta.
  Un texto maravilloso amigo.
  Un gran saludo.

  26/07/11 07:07

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  Buitrago

  Bravo!! Precioso texto, trae grandes recuerdos que ahora mismo,me han dejado la boca con sabor a nostalgia.
  Un placer leerte
  
  Antonio

  26/07/11 08:07

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  Vocesdelibertad

  Hermoso momento se vive al leerte con pausas, cerrando los ojos, imaginando los pies en la lluvia, sin resguardo y solo. Tantos recuerdos con sus detalles, cuántos sonidos estaban escondidos, cuántos olores olvidados... recuerdo que en mi juventud caminé descalza en el césped con el rocío del alba, quizá y hasta pudo ser la primera vez que experimenté mi dualidad.
  
  Qué gusto leerte!

  26/07/11 10:07

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  Agora

  La tormenta en el jardín que sientes y describes llama a transitar despacio por ella! y empaparse en silencios...
  saludos!

  26/07/11 11:07

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  Antares

  buena manera de sepultar un amor. en complicidad con la naturaleza siendo tu única amiga la soledad y la realidad de lo pasado.

  27/07/11 06:07

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  Danae

  Lluvia y hojas secas en atardeceres de encuentro con nuestro yo. Precioso texto, evocador. Siempre un gusto leerte, Grekosay.
  Un gran abrazo.

  03/08/11 01:08