En esa noche, de juerga me lo bebí todo
Creo que fueron sin mentirle veinte litros
De soleada cerveza para tres labriegos cansados
Era tarde ya, digamos, que como las cuatro
Cuando entro con lentitud a mi hogar
La casa, la de siempre, un poco desordenada
Sacándome los zapatos como es costumbre
Cruzo lento de lado a lado
Como voy ebrio de tomo y lomo
Entra en mí por culpa de esta noche
Una pena terrible, que pasa mi horizonte
Y me acuerdo sin mentirle, que soy huacho
Y me pregunto como otras veces
El porqué de este acto
Y vuelvo a la niñez, esa de doce años
Cuando mi madre tierna, en su ingenuidad malvada
Lo pintaba como hombre santo
¡Y de nuevo, la pena, la tristeza y el llanto!
Llegando a la cama lento, me acuesto despacio
Está mi mujer durmiendo, como un ángel al lado
Ella no sabe de mi pena y sigo llorando
¡A moco tendido señores!, el pecho se me está apretando
De donde me pregunto yo, sacare tanto llanto
Yo se que crecer sin padre, es más común
¡Que andar en auto!
Pero el que comparte esta pena
Entenderá lo que estoy pasando
Y lloro, que lloro de noche
A pecho partido me estoy quebrando
Tuvo que ser tanta mi pena
Que este llanto febril, despertó a mi hijo amado
Martin apareció en la pieza sin darme cuenta
Como un querubín al costado
Papá, papá repetía sin cansancio
Y al ver sus ojos cristalinos
Con el reflejo de mi infancia en ellos
Llore con más fuerzas
Y me entraron los miedos
De fracasar de no poder, de no estar a su lado
De no querer para mi hijo el llanto que estoy llorando
Cuando nació, me acuerdo
Me jure, con fuego incandescente nunca dejarlo
Y ahora que lo veo pequeño por mi preguntando
Me prometí de nuevo quererlo y amarlo
Sin mediar palabras, se acostó a mi lado
Se tomo de mi cabeza y de mi cuello abrazado
Y con su mano pequeña me acaricio despacio
En ese momento volví a ser niño
Y Martin fue mi padre amado
Inspirado y dedicado a la historia que me conto un hombre del Valle
