Eres quien embelesa mis sentidos,
que convierte mi vida en un paraíso
lleno de fantasía y realidad
donde no hay lugar para rencores e indiferencia.
Los campos florecen
y el ambiente se llena de dulces melodías
y una gama de colores que llenan de paz
y tranquilidad a mi alma.
Eres aroma indescriptible,
sensación abrumadora que recorre por mis venas
cual torrente de aguas cristalinas
formando espejos que reflejan la belleza interior
de mi alma desnuda que hoy vive en mí.
Miro el horizonte
y mi cuerpo se desvanece en la atmósfera
para gozar a plenitud la suavidad de tu bruma
y poder sentir con total excitación
los delicados pétalos perfumados de las flores
el dulce néctar del pistilo,
y atravesar el manto colorido del arco iris.
Eres oblicuo sentimiento que se desprende de la recta
cual barco a la deriva
que se deja llevar por las suaves y peligrosas
olas del mar azul
hasta llegar a suelo firme
donde la semilla germinará,
florecerá
y dará sus frutos,
lleno de pasión y ternura en el oeste
y el espectáculo natural del ocaso del día
y el despuntar del alba que es difícil de explicar.
Reblandeces al corazón más fiero
como por arte de magia llenando de felicidad
a quien le abre las puertas de su corazón,
acariciando con ternura el espacio corporal
que nos lleva al infinito
navegando por constelaciones y mundos inexplorados
haciendo estremecer nuestro cuerpo
cual sensación extraña que nos abraza.

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