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Yo He Sido Gladiador.

Yo he sido gladiador, no de coliseos ni arena, ni de espadas y lanzas, sino de canchas, polideportivos y balones, de esos que nadie aclamará por sus hazañas pero sí arrojarán a los leones si no gusta su combate, yo he sido árbitro de baloncesto.

Da igual en realidad de que deporte se trate, si tú que estás leyendo este texto eres de las raras personas a las que les gusta escuchar todas las versiones antes de formar una opinión, quizás te aporte algo pero si por contra eres de esos que por escuchar comentarios de la tele y ver partidos, se permite el lujo de criticar, insultar o amenazar amparado en la comodidad de un sillón, no pierdas el tiempo, no entenderás mi palabras.

Poca gente entiende como se puede elegir ser árbitro, pero hay muchos motivos, amor al deporte que se practique, económico, pasar el tiempo, cada persona es un mundo, un universo que define un estilo diferente y que nadie se molesta en conocer, somos "el enemigo".

Puedo decir con orgullo que he disfrutado un mundo mágico, donde la honestidad es lo que predomina, los errores se superan con ayuda de tus compañeros y cuando aciertas sientes la satisfacción de haber contribuido.

He aprendido a ver todo deporte como lo que es, un deporte, he visto la cara más negra y la más dulce, desde la imparcialidad absoluta aunque pocos lo crean, donde los buenos entrenadores y jugadores son capaces de reconocer un buen trabajo y el respeto y la deportividad no está reñida con la competitividad más absoluta.

He arbitrado finales, campeonatos y partidos sin transcendencia, siempre al máximo como respeto a cualquier equipo que jugase este deporte del que estoy enamorado.

Finalmente cuando la vida decidió que mi carrera no sería profesional, decidí aportar 15 años de experiencia a la gente nueva, entonces, después del tiempo me di cuenta de que no tenia nada que enseñar.

La sociedad ha cambiado, cualquiera se sienta en una silla y a pesar de un absoluto desconocimiento de las normas, se puede criticar y despreciar como el mayor de los expertos y sin el menor respeto, algo que todo el mundo ve normal.

Todos dicen "son árbitros, para eso les pagan", pero... debo decir que eso no es cierto, en mis 15 años de árbitro jamás nadie me presentó un contrato donde yo firmase que nadie tuviera que insultarme por hacer de juez en un partido de baloncesto, en un deporte.

Nadie me enseñó clausula alguna donde diga que no arbitrar a favor del equipo local a pesar de que lo que se pite sea cierto, permita que se sufran amenazas no solo dentro del terreno de juego, sino fuera, que cuando se pasea con tu novia te insulten y provoquen o te rayen el coche.

Resulta que Pau Gasol mete 20 puntos para lo cual ha tirado 40 veces, es una estrella (50%) pero cualquier árbitro de 200 decisiones acierta 180 y es malisimo, no hay coherencia, como tampoco hay justificación para la violencia que exhiben gente sin preparación.

He llegado a la conclusión de que el problema viene de abajo, no entiendo como unos padres pueden insultar gravemente, con actitud violenta delante de su niño pequeño que está jugando ¿que ejemplo es ese para un pequeño?, a todos nos gusta ganar pero tampoco justifica la violencia y exageración de sus reacciones cuando su niño pierde supuestamente por culpa del árbitro. ¿acaso será profesional? ¿es la final de la copa del mundo? ¿o simplemente vuelcan sus frustraciones y fracasos en que su hijo gane un partido?

El problema llega cuando leemos en los periódicos y vemos en televisión agresiones brutales, nos llevamos las manos a la cabeza pero luego esos medios critican y atacan, provocando que gente ignorante lancen sus improperios. Pero ya es tarde.

Esto es lo que hay en las categorías inferiores, mi ultimo partido un niño se torció el tobillo, un "entendido" le gritó "levantate que tienes cuento", yo me quedé pensativo ya que no entendía que tipo de "ventaja" podía tener un niño de 14 años en un deporte donde el reloj se para en cada acción prácticamente, al minuto ese niño tuvo que salir en volandas por no poder apoyar el pie, y este mismo individuo aplaudía "deportivamente" cuando hace nada le decía que tenía cuento.

Este mismo sujeto es parte de esa mayoría que degradan cualquier deporte, con los ojos fuera de las órbitas, fuera de sí, juzgando del sillón sin moverse, siendo violento pero sin tener ni idea por más que se crea que sí.

Después de esto, ya no tenía sentido seguir, ahora por la calle los jugadores me preguntan ¿que pasó? ¿porque no sigues? casi no hay gente para cubrir los partidos, ¿y se extrañan?.

Me quedó el consuelo de los partidos bien trabajados, de la emoción de cualquier deporte, del compañerismo y de los amigos, todo lo malo ya desapareció y miro atrás con orgullo.

Yo he sido un gladiador en medio de grandes titanes, pero ya pasó el tiempo de heroes y leyendas... llego el momento de descansar soñando en que algún día, el deporte vuelva a ser deporte, y la humanidad sea mejor. Cuando me fui, una lágrima resbaló por la mejilla, fue mi despedida, secreta y callada, porque yo he sido un gladiador.
Horus15 de diciembre de 2010

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