+¿Por qué lo querías? -La verdad es que no sabría decirtelo. Es que tiene un no sé que y un que sé yo, que yo que sé que me encanta... Esque cuando estaba con él se me enrojecían las mejillas, no sabía que decir ni que hacer, sólo decía y hacía tonterías para llamar su atención. Me tiraba todo el rato riendo porque verle me producía un cosquilleo en la barriga tan grande que no podía dejar de sonreír, y aunque estuviéramos con más gente, mis ojos sólo podían verlo a él, y mi sonrisa iba solamente para él, porque era el único capaz de meterme maripositas en la barriga simplemente por su presencia cerca mía. Que me pasaba todo el rato mirando hacia abajo por no mirarle a los ojos y quedarme embobada...

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