TusTextos

... Dos Mil Doscientas Treinta y Siete.-

Ella contesta el teléfono en la bañera
pide que le llame en quince minutos

¿quién tiene un teléfono
colgado en el broche del cuello
cuando se baña?

¿es que cagas desesperación
o te limpias la impureza
de un mal auguro?

¿Qué espera?;
¿una llamada del cielo o un susurro del infierno?

Dos mil doscientas treinta y siete;

demasiado vago sumarle quince minutos a la espera
en ese lapso silencioso desangro más de mil reclamos
eyaculo más de mil clamores,
orino más de mil nombres
y escupo más de mil ausencias.

Dos mil doscientas cuarenta;

¡y puta, la suma ni siquiera empieza!
camino un millón de pruebas
me disipo en un millón de imágenes,
me pierdo en un millón de galaxias
y me amedrentan un millón de celos,
y es que son demasiados ceros
a la ansiosa llegada de la hora.

Soy un infinito silencio que no sabe;
si sumarte, si restarte o si dividirte
para que no me duelas de forma multiplicada.

Dos mil doscientas cuarenta y cinco;

y yo con el temblor en la boca,
con la tempestad en el tímpano
y con la terquedad bajo mis ropas,
simulo a un desierto sin natura
uno de esos que no reconoce la flor de tus voces,
el infame habitante de un mundo sin matemáticas

¿Pero qué me importan a mí
los abusos por no saber
cuánto es mi cambio?

Si en el pasado antes de que te fueras;
cuando te tenía te di billetes grandes
–bueno, ramilletes de sentimientos que
un vagabundo ve invaluables–

y ahora que regresas en este presente,
me regateas todo para darme monedas devaluadas
con un valor tan inexistente de instantes
que es menos que miserable
–malo, la bolsa, la moneda y tus labios,
todo requisito más que inflado, ¡con yagas!
que un moribundo aún con tanta ceniza ¡ve con ansia indudable!

¿Pero qué me importan esos abusos?

Si no tengo ni tus roces,
ni tus poses,
solo las heces del recuerdo
que abonaron hace tantos años
frutos sin vendimia
que me dejaron pobre.

¡Dos mil doscientos cincuenta!;

y no sé a qué minuto
debí empezar con la operación

si mi corazón;
está en el quirófano abandonado,

si mi cerebro;
es una máquina de hacer fotografías quebradas.

¡¡Dos mil doscientas cincuenta y tantos!!

por fin; es hora de marcar el redial,
y a mí que se me cruza el llanto
sabiendo que la espera de este tiempo inexorable
con sus des-poéticos números
me hace ver lo visceral y caro
que ha sido no poder olvidarte,
siempre estoy en banca rota,
sin ningún murmullo
qué humildad tan devaluada y asfixiante
la del tararear un memorial en un mundo
donde la inflación del sentimiento
es tan impronunciable.

Y se me caen;
una pelusa del bolsillo
y un suspiro de la boca
estancándose en la bocina
de un teléfono frío
ajeno al calor
de cualquier maldita palabra
cualquiera que arda
para que todo suelo sin mi sombra
si ha de abortarme de forma asqueada
de mínimo la piedad me otorgue
aunque siga con las mismas eternas limosnas,
que sean al menos siquiera cálidas.

Y sí,
se me vuelve a cruzar el llanto
y la soledad tanto que
tras volverte a marcar
ya se me olvidó
todo lo que quería decirte
es mejor aprovechar
el tiempo no más y nada más
para saludarnos pues quizás;

desfalcado
y mudo

solo hablé…
… quizás solo hablé
para quedarme callado.

Hoz28 de septiembre de 2015

1 Recomendaciones

2 Comentarios

  • Sandor

    Soy un infinito silencio que no sabe;
    si sumarte, si restarte o si dividirte
    para que no me duelas de forma multiplicada.

    ...me he quedado colgado de estos versos. El poema, o como tú quieras llamarlo, quema en las manos, según corren los segundos.
    El final, genial Un puntazo.
    Saludos
    Carlos

    29/09/15 02:09

  • Voltereta

    El tiempo es juguetón y nos hace mecernos en sus adentros, la mente es volatil y a veces nos lleva a paisajes de ficción, creados por nosotros mismos, en nuestra somnoliencia del sopor de la espera y al final todo acaba por desvanecerse en mundos intangibles, ¿reales, irreales?

    La condición humana es irreverente y el pensamiento irrelevante como al fin lo es la vida misma.

    Un viaje muy bien llevado, a las interioridades del ser humano y al mismo tiempo, lleno de un fino sarcasmo, que parece adular al lector.

    Me parecen sumamente interesantes tus creaciones.

    Un saludo.

    30/09/15 09:09

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