Los lugares más difíciles
para llegar en una mujer
con una boca como la mía;


son los labios y el culo.


Son tantas cosas
que se interponen en esta meta

son a veces de todas;
algunas,
o algunas veces todas son.

Y es que para alcanzar
la ilusión de un beso,

para hacerla brotar
como un roce enérgico,

tan hosco como tan ligero,
quizás predeterminado pero,
en realidad más espontáneo;

es mucho más importante que la tentativa sea sutil,
pero duramente certera

que el hecho de que no me lave los dientes
para mantener en sarro la pureza de la idea
no importando que carezca de frescura
en cada alarido o suspiro que repte,
lo que se anhela es lo fino
para que sincero sea.

He aquí la respuesta al dilema

de que si no se es sensible;
ni se puede,

de que si no se es maldito;
ni se logra,

y yo con este hibridismo en la boca,
peno por quedarme a la mitad de ambos,
y sin completo quererles.

Hace falta más
que el contrato fortuito del alcohol

y las firmas involuntarias
de dos personas adultas
y conscientemente ebrias
para fluctuar el acto oscuro aquel,
y beberte desde atrás.

Para una boca floja como la mía
con la habilidad nula
y el hándicap en contra,

el logro más grande de realizar sería;
poder llegar a unos labios
y a un culo como los tuyos.

Y deshabilitar la carencia del romance
a su punto máximo

o hasta donde sea necesario

para hacer vibrar tu lengua
y transformar tu saliva en miel.

Sembrar flores en mis desolados bolcillos
para pagarte por las fechorías
que te pienso hacer
mientras estés de espaldas.

Pero eso, para mí... es muy difícil.

Y por más que quisiera
y lograra entretener
a ambos repliegues

sólo serías una noche con aquellas técnicas,

ni aunque le supiera lazar
a tu briosa lengua,
o le hablara de usted a "aquello",
ni así serías mía,
ni así serías eterna.

Y es que entre tanto,
comprendí que mi boca
tiene una anormalidad
pues no se hizo para besar...
… se hizo para comer.

Pues si besara bien,
seguro que lo olvidarías
con la siguiente víctima
del próximo fin de semana

cuando descubras que él te lo hace como nadie,
a esas humedades; ¿qué carajos te va importar un bien dado beso?

Por eso yo lo único que quiero
es devorarte el alma
y tenerte
todos los días
de mi vida
en el estómago
y nunca digerirte,

porque mi boca
mujer;

no se hizo para besar

se hizo
para comer.


[Hoz Léudnadez]

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5 Comentarios

• 

  Paulitinamente

  Vaya por dios ...
  Son cosas que pasan ...
  Un saludito y un besito

  23/09/15 08:09

• 

  Paulitinamente

  Vaya por dios ...
  Son cosas que pasan ...
  Un saludito y un besito

  23/09/15 08:09

• 

  Voltereta

  En la exquisitez de lo distinto, se construye lo verdaderamente cotidiano, lo que muchos callan y otros ocultan. Hay quien necesita de una melopea para besar un culo y hay quien al besarlo compone una melopea, con la letanía de los salibazos y las prisas.
  
  Los trovadores, deben tañer distintas cuerdas, para que el laud de su trova, suene bien para el romance, prueba a dejar de lado la boca y usa más la lengua. Seguro que consigues mejores resultados, como don limpio.
  
  Tus poemas transgresores, me tienen entusiasmado, sigue escribiendo.
  
  Un saludo.

  23/09/15 10:09

• 

  Hoz

  Paulatinamente; gracias por pasarte a dejar... una bella flor en esta tumba. ¡salut!

  25/09/15 06:09

• 

  Hoz

  Voltereta; de eso se trata el hibridismo, hay que entender que en la corrosión del crepúsculo es que también se tiene una bella alba, el contraste básicamente y esencialmente es parte de la construcción única, el absolutismo, se obtiene quizás y de forma intuita y fugaz, con la mezcla de ambos, del yin y del yang, en la literatura hay que dejarse de facilidades para marcar un emblema, sino... solo seremos poetas, no alquimistas. gracias por siempre pasar a dejar una bella flor en esta tumba, oh! y por cierto, eso de la lengua, claro que lo sé, pero no entendí... era para la boca o...

  25/09/15 06:09