Tengo arena en los bolsillos,
del mar antiguo y remoto
que aún aguarda mi navío.
Oh el mar, el mar...
el testigo único
de la huella salada
que borró su espuma
volviendola eterna.
Oh el mar, el mar...
acompañante único
de la mujer paciente
que aún me espera...
Y toda su inmensidad,
puedo olerla
en mi bolsillo desgastado,
en un puñado
de arena.
Oh el mar, el mar...
el color de mis amigos,
la fuerza primitiva,
el origen de la vida,
el recuerdo que he vivido.