Estos avales de abrazos y besos
esperan a la sombra la señal,
ladrones pegajosos que pregonan
el cuerno.
Estas manos que lloran de miedo,
este paso atrás.
Arrepentimientos que cambian de acera,
esta puerta blindada sin pomo,
estas lágrimas de cera,
de cocodrilo bulímico que se tapa la boca.
Este huérfano con sindrome de Estocolmo.
Esta indómita nube sin sábanas.
Esta cruz aterrorizada que persigue tus andares.
Esta lengua con memoria y profunda hidrofóbia.
Este crédito que se disparó
sobre mis miradas incesantes.
Esta pasividad que hace las maletas,
esta ciencia cierta que se va a otra parte.
Esta mirada hueca que sueña que te desea,
este corazón transparente que no se deja traspasar.
Este publicista de la agencia Cupido.
Este engañabobos que ya no engaña más,
esta carta que suena a despedida,
a mentira viuda,
a caricias de archivador.
