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Tenemos

Alguien dijo alguna vez entre inciensos verdes
que sólo tenemos canciones de derrota,
pero son muchas mas las cosas que poseemos.

Ramos rojos enormes, de rosas podridas
que alguien olvidó regar.
Prostitutas bellísimas mentes,
que se alquilan en el paraíso
de la catatónia gratuita.
Brazos torcidos que masturban
en sus sueños la melancolía
y eyaculan enormes "quizases".
Miradas, chorros de luz,
que se vuelven oscuras
porque papá obligó que fueran apagadas
generaciones atrás.
Corazones que aprendieron
en la clase de bilogía
que solo deben latir, 90 pulsaciones.
Mimos maquillados que sin maquillaje
frotan sus corbatas limpiando cristales
que nunca se ensuciaron.
Eutanasia rápida para relojes con prisa
y para trasnochadores que viajan al futuro
en sus máquinas blandas de algodón.
Impuestos caros para morir
escupiendo el alquitrán negro
de carreteras que nunca rodó la goma.
Evasivos televisivos y la gloria neonazi
en el deporte de tres a cuatro.
Gays heterosexuales
que fueron inseminadas sus bocas
por mandriles pixelados de culos irritados
y escupieron esperma antes de pronunciar
impronunciables vocablos
de tribus prohibidas por las morales
de los peces sabios que no mordieron el anzuelo.
Y pornografía diurna con blanqueador
para pupilas epilépticas animadas.
Sentidos, corrientes eléctricas, celebro.
Sólo eso.
Impulsos luminosos de neón rojo
donde por un plato redondo
se retuercen médulas espinales
en interminables aullidos correosos
de felicidad irracional, instantánea.
Trozos de madera que siguen balanceándose,
llorando y señalando sin vida,
por encima de harapientos arrodillados
que evaporan sus preocupaciones
y sus deseos en la noche de Halloween de Oriente.
Y temen y temen y temen
en el silencio cavernoso de su conciencia pajiza.
Hambre en revistas impresas en marte,
martinis cargados y zumo de aguacate.
Destrucción de masas en escuelas masivas
Ataudes a medida fabricados tras cada parto.
Cabecillas del ganado psicodélico de un circo
sin luces y sin risas que se combierten en hamburguesas
grasientas las 24 horas en el servicio automovilístico.
Camiones prensados de basura colérica que grita,
grita y grita y grita ardiendo entre las fabulosas estrellas
que no saben nada.
Hugouelva27 de enero de 2012

4 Comentarios

  • Hugouelva

    Bob Marley !

    27/01/12 11:01

  • Libelle

    Eres genial Hugo poesia de la buena besos

    28/01/12 05:01

  • Gentio

    Brazos torcidos, eutanasia, prostitutas bellísimas y neonazis. Mi tipo de poema :D Excelente. Las fabulosas estrelas que nada saben nos resguardan a nosotros, que nada sabemos, y consecuentemente con la desazón, actuamos por furia*

    28/01/12 07:01

  • Buitrago

    Woow!! Siempre amigo Hugo, un gusto pasarme a leerte
    Un abrazo

    Antonio

    28/01/12 09:01

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