TusTextos

Roto

Escribió miles de poemas, vació cientos de tinteros y talaron decenas de árboles para ella, para que pudiese vaciar su corazón y regalar su dolor a un papel que acabaría, como de costumbre, arrugado en la basura o detrás de un cajón, olvidado porque escribirlo sólo le ayudaba a entender qué le hacía daño pero jamás a superarlo y para ella eso se resumía en algo inútil.

Escribió todas sus ruinas en mil versos, catalogó de locas todas sus historias, sus promesas y sus verdades, frunció el ceño al verse repetida en cada estrofa como una señal de mal augurio, buscó tras la puerta una cerradura que quedase por abrir y no encontró ninguna.


Cerró los ojos cada día sentada en su escritorio, buscando una inspiración que jamás llegaba y entonces es cuando escribía, porque era lo único que le quedaba. Buscar respuestas en sus propias intrigas, equivocando las preguntas.

Trató de crear un nuevo mundo de sus deshechos y acabó hecha un desastre, más que antes, pero quizá no peor porque la costumbre es lo que tiene, te habitúa al mal como la piel se habitúa al la herida pero dejando siempre una cicatriz que te recuerde.

Que te recuerde los errores a los que has saltado al vacío y las decepciones que has sentido por querer volar sin alas. Que te recuerde que es un mito cuando dicen que podemos tocar el cielo, cuando dicen que las nubes no son límites para un alma viva.
Porque no hay alma más viva que la que está a punto de morir a cada instante y se mantiene en el limbo de sus fuerzas sofocando el dolor con la poca esperanza que le queda. La ilusión de un nuevo sol acariciándole la piel y susurrandole que en el fondo no se está tan bien.

No espera una mano piadosa que acune su cabeza ni unos labios que soplen sus rasguños enfriando un poco el miedo. No espera una respuesta porque jamás ruega auxilio. No espera que un nuevo día le sonría prometiéndole que todo estará bien, ni espera engañarse a sí misma escuchando mentiras en boca de quien no entiende lo que es caminar desamparado en un desierto en el que jamás se pone el sol.
No espera conseguir arrancarse el puñal de la espalda porque no alcanzan sus manos a franquear un pasado tan oscuro ni espera que curen sus heridas porque han cicatrizado sobre las lágrimas de cristal que jamás lloró de niña, esas que quedaron atrapadas entre sus ventrículos y que ahora la acuchillan desde dentro.

Por eso le duele el corazón, imagina, cada vez que recuerda quién es. Porque jamás tuvo la oportunidad de escoger, porque siendo niña ya la condenaron a ser la persona que un día escribiría estas líneas. ¿Cómo va a sonreír un corazón que fue destrozado antes de entender la palabra -amor-? ¿Cómo va a amar una persona que de niña lo primero que comprendió fue lo que era la traición?
Idytwy33311 de septiembre de 2017

4 Recomendaciones

2 Comentarios

  • Elizabethperl

    Piel de gallina al leer tu escrito. Muy bonito.

    11/09/17 04:09

  • Antoniof.lee

    Muy intenso tu mensaje, la clave es reinventarse , jamás permitir

    que esa etiqueta con la que te marcaron, sea tu guia en la vida.Yo

    soy como quiero ser y al diablo el mundo....


    Un saludo cordial......

    12/09/17 12:09

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