Comienza la primavera ¡por fin! después del cruel invierno que hemos sufrido este año con tantas lluvias y nieves. Jamás se había visto tanta agua en el campo.
Ella vivía en una urbanización en la Sierra de Madrid en una zona que había sido declarada hacía pocos meses Parque Natural de Guadarrama lo que hacía que esos primeros días de la nueva y esperanzada estación del año fueran privilegiados. Los pájaros comenzaban a cantar sus alabanzas y realizaban sus escarceos amorosos desde las primeras horas de la mañana. Las cigüeñas castañeteaban sus picos desde los nidos situados en las copas de los árboles produciendo una estruendosa melodía que se oía a varios metros de distancia. Comenzaban a volar algunas aves rapaces en el cielo con ese planear tan precioso y a la vez tan sedante que tiene a los ojos del ser humano. Contemplarlas es una sensación de placer inenarrable. Recordaba cuando eran animales al borde de la extinción y gracias a grandes hombres como Rodríguez de la Fuente, se ha conseguido que nuestros hijos y todavía nosotros mismos podamos disfrutar de ese espectáculo tan maravilloso. La Primavera es una estación que despierta el alma, los días se alargan, la hora se adelanta y todo empieza a cobrar de nuevo VIDA. El espíritu despierta de su letargo y comenzamos a sentir que estamos rodeados de belleza. Miramos a la derecha y vemos a la gente caminando de otra manera, más dinámica, más alegre. Miramos a la izquierda y vemos a esos niños corriendo y riendo por el parque del pueblo.
Todos los días sonaba el despertador a las siete de la mañana y ella removiéndose entre las sábanas intentaba, no sin esfuerzo, abrir los ojos que tenía atrapados por el descanso,
- cinco minutos más , era siempre su primer pensamiento.
Esperaba a que el despertador volviera a sonar rompiendo el silencio de la madrugada. Por fin extendía el brazo y a duras penas alcanzaba el odioso aparatito que desconectaba apretando un botón situado en el ápex del mismo. Con su mano derecha apartaba las sábanas que la cubrían y con un atlético salto se colocaba sentada al borde de la cama intentando localizar a ciegas con sus pies, las zapatillas mientras estiraba su cuerpo alargando los brazos al techo de la habitación.
¡ Qué momento tan difícil del día! ¿verdad? Pero ahí fuera estaba esperándola con su alegría, su sonrisa y su belleza... LA PRIMAVERA.
