TusTextos

Tú El Reflejo de mi Eterna Oscuridad. Tú El Reflejo de mi Espejo.

Rozaste tu mejilla con aquella delicadeza que te corresponde.
Mientras que mi mirada se perdía a lo lejos. En otro tiempo o incluso en una época diferente.
Miraste a donde yo, e intentaste encontrar alguna palabra que tus cuerdas vocales no dejaron que pronunciaras.
Ahogaste en una tos de mentira lo que de verdad querías decirme.
Sonreíste por que eso era ya, lo único que quedaba por hacer.
Y tus manos me buscaron a ciegas.
Tus dedos exploraban mí cuerpo, indecisos, parándose en cada bifurcación, sin saber ir al norte, al sur, al este, al oeste…
Acabaron surcando las entrañas de mi pecho, describiendo un camino hacia mí cuello, y luego poco a poco empezaste a acercarte.
Volví todo mi cuerpo hacia ti, y tus ojos colisionaron con los míos.
Podía ver el hielo y el fuego luchar en tú fuero interno.
Podía ver como poco a poco iba cayendo preso de tus labios, y como tú olor perfumaba mis recuerdos.
Pude sentir el calor de tú piel sobre mí, y el contacto húmedo con tus labios al acariciar mi cuello.
Te paraste a jugar, con los ojos cerrados, dejándote llevar. Y sin pronunciar palabra alguna, como dos pequeños que juegan a amarse, a quererse con los ojos cerrados.
Paraste, y te alejaste para verme de nuevo.
Inspiraste profundamente, como teniendo miedo de algo.
Y fue cuando lo descubrí por primera vez, bajo los rayos de sol de luna.
Vi que estabas encadenada, atada bajo la oscura noche, enlazada por el rubor de tus mejillas. Y sedienta.
Tú el reflejo de mi eterna oscuridad. Tú el reflejo de mi espejo.
Seguías parada, esperando a que me decidiera.
Podía huir de ti, de tus besos, de tú presencia, de tú lado, olvidarme por completo de aquella noche, olvidarme de tú rostro, de cómo me mirabas, huir de ti y de tú veneno.
Pero eres mi adicción, la dulce tentación, la adrenalina que necesitaba, sin ti mí mundo estaba muerto.
Sin ti, yo estaba muerto.
Salté. Salte sobre el mundo sin paracaídas.
Y mientras la luna cerraba los ojos para darnos intimidad, tú y yo nos perdíamos en el eco de nuestro infinito.
Imposibles23 de junio de 2011

Más de Imposibles

Chat