El veloz murciélago hindú comía feliz cardillo y kiwi. La cigüeña tocaba el saxofón detrás del palenque de paja.
¿Motivo del palpable júbilo del mamífero volador?
Un domingo diferente, un aniversario más de amorosa unión con la grácil ave.
La cigüeña estrenaba el dorado saxo obsequio del murciélago en la retirada empalizada aquí no molestaré- se dijo y con esmero fluían distorsionados los sonidos.
A coro, huyendo como podían del nido, 5 pequeños murcigüeños desesperados chillaban -¡mamá, mamá! ¡yaa! formando una aparatosa algarabía agrietando la tibia mañana.
Ni la misma mamá de la cigüeña dio crédito al saber del romance de su hija, no obstante, aquellos seres compartían solidariamente y hoy ruidosamente conmemoraban.
Él iba y venía, se alimentaba con apetito de kiwi su fruta favorita, y de vez en cuando en vuelo rasante, de cardillo, que en esa temporada del año escaseaba. Todo sin descuidar a sus invitados, pues siempre ha sido un excelente anfitrión e inolvidable amigo, dicho incluso por su primo, el malévolo Vampiro que acababa de llegar en compañía de su consorte Vampira.
Ya Hombre había observado molesto que alguno de los animales que moraban en su granja, gustaba del apetecible fruto.
Se fue a cumplir su jornada dominical, día de venta en el mercado del pueblo de sus productos y los animales felices con su ausencia.
La velada avanzaba con situaciones divertidas y grotescas y el licor en cantidades moderadas deleitaba a todos.
Gallina le cacareó un chiste a Cerdo y este ruidosamente bebía y sonreía ¡honk honk honk! y echados entre sus propios excrementos, agitaban sus pulposas extremidades, la pasaban de maravilla.
Adyacentes, Gavilán y Zorro discutían en voz baja agazapados en un matorral. Murmuraban incoherencias entre efluvios de licor y algo en común los unía; contemplaban con ansiedad los hermosos muslos de Cerdo y Gallina...
-anda, ataca tú primero luego intervengo yo, se decían mutuamente la estrategia a seguir...
A pesar de su eterno comportamiento, tenían cabida en esa inclusiva comuna. Eso si, todos precavidos por su natural forma de actuar.
Tigre como siempre, seduciendo con perversa insistencia a Gata que inocente pasaba su cola una y otra vez por la sensible nariz de la temible fiera, ronroneándole versos; ella era la mejor juglar de aquel singular paraje y aspiraba a ser la casta pareja de él.
La simpatía era notoria entre Ciempiés que coqueteaba zapateando estrepitosamente sus 50 pares de zapatos nuevos de reluciente charol, muy cerca del costado de Cucaracha, haciendo amagos de que la aplastaba y Cucaracha con escalofríos frotaba las antenas; estaba fascinada con aquel peligroso jueguito. Y así, numerosos grupos de lo más variado de la fauna, se agregaban al jolgorio.
Las horas de sosiego pronto cambiaron:
Atardecía y llegó Hombre antes de lo previsto, poco había vendido.
Alarmado contempló buena parte de la siembra de fresas apisonada, marchita; y la cerca derribada.
Vaca hacia estragos secundada por Chivo que repasaba lo que quedaba de las hileras del maíz.
La tensión le subió cuando Tigre le pasó raudo y muy próximo, huyendo. Después del susto, furioso apuró los pasos entrando a la casa, en breve salió con rostro de irracional portando la escopeta y disparó en todas direcciones, la desbandada fue general, desordenada y para fortuna de ellos, nada que lamentar. Sin embargo se quebraban las leyes de la creación y Hombre ocupaba de nuevo el sitial superior del depredador.
...
Hombre escuchaba un sonido extraño, excepto esa disonancia todo era silencio absoluto, se acercó con intriga y la sorpresa fue mayúscula al divisar a Cigüeña detrás del palenque como la originaria de su curiosidad: Esta seguía tocando el saxofón sin haberse percatado de lo ocurrido. Hombre cambió por completo el semblante soltando una resonante carcajada, aquello era increíble. Quedó largo rato contemplando la escena y el ave tocando.
Vampiro, Vampira y Murciélago colgaban en un árbol próximo observando atentamente. Ya la dupla de Vampiros había propuesto a Murciélago de tomar represalias, chuparle la sangre en la noche a Hombre si continuaba atacando. Pero no fue necesario...
En 2 semanas se restableció la habitual quietud totalmente, en las tardes Hombre disfrutaba del progreso de Cigüeña y su instrumento. En otro lugar más allá, a intervalos irregulares, ascendía el silbido de una flauta (que a drede había dejado botada Hombre). Se trataba de Lobo, que poseía capacidad artística demostrada en sus aullidos nocturnos.
Y él recostado en la hamaca del alero, le florecía una idea genial: Con paciencia y tino, formar la Orquesta Animal.
Puede que continúe...
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* Las fotos son un préstamo de la red e intervenidas por mi.
** Información adicional:
Algunos de ustedes que alguna vez haya instalado una nueva tipografía en su ordenador le sonará el comienzo de mi cuento-ficción.
El veloz murciélago hindú comía feliz cardillo y kiwi. La cigüeña tocaba el saxofón detrás del palenque de paja.
Aunque quizá no se entienda a primera vista en el porqué, esta frase es parte del texto que vemos siempre que accedemos a la previsualización de un tipo de letra. Pues bien, la explicación es más sencilla de lo que parece. Este pequeño texto es un pangrama o frase holoalfabética, término con el que se denomina a un texto que usa todas las letras posibles del alfabeto de un idioma.