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El Vampiro Pobre (3)

Crepúsculo vespertino de sudor pegajoso, tachonado de pulcros nubarrones, sepulcros de blancos mármoles, orgullosas pátinas sobre bronces, sombríos panteones y mausoleos mohosos. Los deudos afligidos cargan en hombros el ataúd por el estrecho camino. Al frente de la ceremonia luctuosa, breviario en mano, el Padre Emmanuel, bondadoso fraile fundador de la congregación “Descalzos Pero No Tontos”, invoca con ese su tono amable y solemne, aquel responso con pasajes tan gastados, debido al cólera que abatía a diario a la población, diezmándola... Él se sabía el lazo corpóreo entre los mortales y la corte celestial y acataba con obediente piedad su misión.

Ensimismado, le vino la imagen de ese ser tan especial.
Vlad. No encajaba en la transición invariable de la vida a la muerte. Descifraba la trágica condena de ese “hombre” morador secreto de criptas, al cual le había tomado cariño y siempre que lo veía, se le acercaba, pero antes guardaba cualquier imagen, como la cadena con el Cristo que pendía en el pecho de su deslucida sotana... En aquella oportunidad... Casi mata al vampiro la primera vez que lo abrazó fraternamente, fue alarmante el dilatado aullido de Vlad... seguido del descomunal susto del cura. Luego, lloraron juntos cuando Vlad, decidido, le confesó la espantosa verdad que escondía, tras infame vida, hasta la consumación de los siglos. Entre lo hablado esa vez, el vampiro quedó gustosamente sorprendido de que un hombre derramó su sangre por todos nosotros: Jesucristo.

Que despilfarro, y yo con apetencia- se dijo...

El cura Emmanuel quedó en extremo esperanzado, casi no lo creía ¡Que Vlad quisiera conocer al Redentor!

El párroco en su andar pausado rumbo a la fosa recién abierta, regaba agua bendita al suelo. En su ignorancia y humilde condición pensaba que así libraba los senderos por donde habitualmente transitaba el vampiro, ayudándolo a su conversión, eso lo daba como un hecho. Era un reto formidable, quizás el mayor presentado en su mística existencia. Y siempre, cuando pasaba a un lado del centenario sauce, lanzaba el agua con más fuerza para que cayera en el refugio de Vlad. El cura sentía inmenso júbilo, cuando sutilmente escuchaba los retorcijones y pataleos dentro de la caja de cartón y se decía, -Dios lo acompaña, se evidencia su insoslayable presencia- y este en su tribulación no podía salir a tomar aire fresco después de la fumarada ocasionada, pues no se había ocultado el sol. No podía hacer nada, solo le decía entre dientes mil imprecaciones, maldiciones y soportaba el martirio. En mente le brillaba la expectativa de beber la sangre de Jesús, que tanto le mencionaba Emmanuel el fraile.

Entre sepulturas y losas, ocultos, un grupo de niños disfrutaban con picardía de todo lo ocurrido, era época vacacional, y en pueblos como esos, constituía en su inocencia, una de las pocas diversiones.
Indigo03 de octubre de 2011

15 Comentarios

  • Buitrago

    Tienes una narrativa estupenda, tal fluida como repleta de imagenes y detalles
    un gusto leerte

    Antonio

    03/10/11 11:10

  • Indigo

    Gracias Antonio. ¿Y en cuanto humor? no te ví una risa jejeje

    03/10/11 11:10

  • Albasilencio

    tus escritos, serían como leer al Greco, oscuros, magnéticos, con un fondo que nos arrastra, y a pesar suyo nos asombran. un saludo.

    03/10/11 01:10

  • Indigo

    Alba, querida amiga, que palabras tan estimulantes, como el Greco, mmm jejeje suena grande, ¡Como para empezar la semana con buen pié!

    ¡Gracias!

    03/10/11 01:10

  • Endlesslove

    Sigo la historia, siempre te sigo, aunque ya sabes lo que pienso cuando se vuelven muy oscuras . Me hubiera gustado leer mas de Vlad, hoy se lo llevo todo el párroco.
    ¿que te extraña? ¡si sabes lo increíble que escribes!.
    Te deseo una feliz semana, cargada de cosas lindas
    Un beso
    :)

    03/10/11 02:10

  • Anatema

    Por fin… Ya era hora que lo continuaras. Me alegra que el vampiro encontrara a alguien con quién conversar, aunque con su suerte, esto solo le trajo más complicaciones. Eso demuestra que el camino al infierno está lleno de buenos intensiones…ja…ja… Me encantó.

    03/10/11 02:10

  • Indigo

    ¡Hola Susana!
    Bueno amiga, lo que es del cura... Es que forma parte de la trama futura ya pensada, como siempre el infaltable cura, en esta mi versión de monsieur Vlad. Hoy como que es día de piropos, me llena de quietud y es aliento seguro para crecer, al trabajar con tesón, imponiéndome a tantas carencias que hoy en día supero, con mucho ánimo.
    Gracias, me recreas la mañana con tus palabras.

    Estrechos abrazos de sol.

    03/10/11 02:10

  • Indigo

    jajaja Hola encapuchada real, la teoría que expones me parece conocida, ¿será por los ojos en común que poseemos?
    Inconmensurable placer de verte, feliz comienzo de semana (con todos esos pequeños pesares...jejeje)

    ¡Mimos para ti!

    03/10/11 03:10

  • Indigo

    Es que anoche, estuve hasta horas de la madrugada en la taberna donde escribo, conversando con Poe, quedé impregnado de toda su melancolía, los recuerdos de Anabelle... sus mudos asentimientos de cabeza, tocada por el licor. Vlad, ahora pasa una etapa difícil, espera un poco su radiante desenlace, alguna moza entrará en su dieta... (o vida) se lo merece.

    Saludos Deadname, gracias.

    03/10/11 03:10

  • Serge

    Indigo:
    Vlad se merece lo mejor y si tiene que beber la sangre de cristo será para bien.

    Un gusto leerte.

    Serge.

    03/10/11 07:10

  • Indigo

    Claro Serge, es así, voy a ver que le damos para que restaure su antiguo esplendor... jejeje, aunque escribir en entregas, es arduo, no lo sabía, soy escritor de poco aliento, esto es relativamente nuevo para mi. seguiré haciédolo con empeño.

    Saludos amigo. Gracias.

    04/10/11 03:10

  • Miguelito

    Queda varada la historia. Interesante apetencia la del vampiro, y extraña también. Veamos en que queda la cosa.
    un saludo

    04/10/11 11:10

  • Indigo

    Bueno, agradado de que permanezcas en espectativa, ya hay el esbozo de lo que continúa. Gracias.

    05/10/11 10:10

  • Danae

    Vaya, Indigo, que te estás luciendo de maravilla en esta historia vampirescamente original, con un humor negro inteligente, sutil y fino, muy agradable de leer. Espero con impaciencia nuevos capítulos.
    Un enorme abrazo, amigo.

    12/10/11 11:10

  • Indigo

    El vampiro está transitando por nuevos senderos, dentro de su dantesco pasado, claro que al final siempre le brotará el apetito por el preciado líquido rojo, jejeje. Me trae entusiasmo que tú me opines de manera tan positiva. Pronto sabrás de nuevas noticias de él.

    Querida Danae, Muaaa.

    13/10/11 01:10

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