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Truth Line


Entre la luz de la fogata y el árbol pude apenas percibir sus quijadas acercarse. Era en verdad romántico. La luna llena, los pequeños chasquidos de la fogata, aquella silueta dibujada en una noche tan silenciosa, ella estirada hasta el ultimo músculo de sus pies, él rodeándola con tanta facilidad… Yo nunca pude haber grabado un momento así. ¿Porqué tuve que ser tan alta?. "Corrección. ¿Porqué tiene que ser tenía endemoniadamente bajo? "

Un beso censurado a media noche lleno de felicidad por la tardía llegada. Me pareció muy familiar.
Aún recuerdo a Paul decir "Ahora estás libre para que te hagan un desaire". No tenía entonces el derecho de sentirme ofendida. Quise retirarme lentamente sin arruinar el buen momento. Fer lo hizo.

- Nydia - fingió estar sorprendido para avisar de mi presencia, la nueva pareja se heló, se separaron al instante y yo solo reí mirando hacia el suelo. Mi ventaja era que yo no estaba pasando por tal vergüenza, si alguien tenía la oportunidad de reír era yo. Caminé incrédula aún sonriendo hacia el frente de la casa. Fer caminó junto a mí hasta alejarnos de ese incómodo lugar.

- ¿Que va a pasar? -Preguntaba Fernando intentando tranquilizarme.
"Lo que tenga que pasar" Respondió Paul molesto.
- No lo se, Fer… - aceptaba un poco nerviosa después de encontrarlo todo. Era, por supuesto, muy diferente el estar del otro lado del vidrio.

La diferencia era que Vova nunca tendría que enterarse, lo hice de esa manera. Lo que me decepcionaba, creo aún mas que el beso, es que no fuera suficientemente ágil para taparlo. Tal vez podía estar planeado para que yo lo viera. En realidad no importaba, existía la posibilidad de perdonarlo. Tendría que soportar todos los puntos que me señalarían culpable y poco inteligente pero sabía que detrás de su inoportuno acto de infidelidad y su nueva imagen, muy dentro era yo quien terminaba debiendo. Idiota, ¡cómo es que me hizo llegar a esa posición tan incómoda! "Nadie lo sabe" seguía repitiendo Paul. "¿En realidad prefieres darle el espacio? nadie sabe que fuiste tú quien lo hizo primero, ¡Qué importa!"

- En realidad no esta en mis manos - Acepté aún confundida.

Fernando entendió que mi intención no era enojarme o desaparecer de ese lugar, mi único deseo era pasarlo por alto y no perder a Vova. Paul se limitaba a aplicar más peso en el dije, intentando hacer que perdiera la cabeza y lo olvidara de una buena vez. Por muy desesperada que pareciera, por poco inteligente y tal vez poco sensible que me mostrara, mi intención no era correr a llorar con mamá.

- ¡Ah!, por favor…- recuperé el aliento, soné déspota esta vez como si me aburriera el poco trabajo mental de la situación.- no pueden pasar muchas cosas. No está en mis manos y para ser honesta no tengo la intención de limpiar el desastre de alguien más.

"Ahora puedes salir de aquí, por favor". Ambos haciendo presión, ambos esperando una respuesta diferente, y yo dándoles dos opiniones totalmente opuestas en menos de un minuto. Adrenalina, tal vez.

- ¿Cómo? - Fer sabía a dónde me dirigía, su objetivo era verlo salir de mi boca, el mío desahogarme y hacérselo saber. Así funcionaba todo cuando hablábamos sólo los dos. - ¿Qué puede hacer él?
- Tengo razones. Me refiero a que sé lo que es…
"Para ya"
- …No importa -cedí ante el regaño. Me di la vuelta para limitarme a pensarlo con calma.
- ¿Qué puedo hacer? - detuvo Vova a mis espaldas. Estaba tan sumergida en mis pensamientos que no pensé ni por un instante que me seguiría hasta ahí.
"Te dije que te fueras" burló divertido.
- …te cobraste… - Acepté triste liberando aquel nudo con un susurro apenas audible. Al final enojé. - Dudo que te importe.

Mi boca no era descuidada, mucho menos el hombre tonto. Supo que escondía algo y yo sabía que tenía que decirlo en algún momento. Fernando se alejó dejando el problema en nuestras manos.
Paul cedió de igual manera y se ausentó.

- ¿Y? Dime. ¿Qué puedo hacer? - Esta vez demandante acusó.
- No puedo pensar por ti. - Desviaba la mirada. Si a alguien le llegué a temer fue a él. Era mi pago por dejar a alguien conocerme tanto.
- Pero lo sabes
- Porqué limitarte
- ¿Porqué lo sabes?
- ¿Importaría?
- Sí
- No estas en condiciones de hacer que importe.
- Tampoco tu…- desaceleró - ¿verdad?.
- No - acepté apenada.
- ¿Porqué seguiste?
- ¿Porqué seguirías tú? - fije mi mirada en sus ojos de nuevo, esta vez firme y vacía. Calló. El contorno de su mejilla se movía lentamente dejando que la luz de aquella luna de octubre delatara sus intenciones - No seguirías.
- Dilo.
- Debe tener algo diferente a mí. Puedes enamorarte y continuar con la farsa o arriesgarlo todo por ella…
- Tu continuaste…- infirió molesto.
- Déjame terminar - reclamé divertida. Le molestó un poco el que me saliera del margen, pero supongo era la única manera de no hacerlo algo tedioso.
Una última opción es un poco… improbable, pero posible después de todo. - podía dejar de actuar entonces. Mi voz comenzaba a quebrarse. - Sabes que sí esa persona puede ser mejor en algún aspecto, lo compruebas y terminas en la triste conclusión de que tu acto fue sólo una perdida de tiempo, fue tomar un riesgo enorme para sólo recordar que nadie más puede llenarte de la misma manera.

Sus ojos se llenaron de un brillo nuevo, me abrazó escondiendo su rostro en mi cuello, parecía un lo siento, un te perdono. Un nivel diferente de empatía.

-Pero un sentimiento blanco no repara lo sucedido, amor. - suspiré cansada acariciando su nuca mientras una pequeña lágrima hacía presencia.

Era inexplicable cómo había logrado llegar a tal tranquilidad. Besé el contorno debajo de su quijada, lo disfruté tanto como me fue posible, sería seguramente la última vez que podrá respirar su aura de tal manera que mis pulmones se embriagaran de aquel elemento tan penetrante.
Pedí perdón bajo las hojas flotando a nuestro alrededor.
El frío del seco otoño posado en las mejillas y narices creando un miedo a lo que vendría después .
Los cuerpos no se rindieron, por supuesto.
Lucharon juntos para recuperar el calor hasta crear una sonrisa escondida en ambos.

¿Es que era posible amar de tal manera?

Sabía lo que debía seguir, sabía que el lograr tal comprensión nos haría fuertes como uno solo.
Sin embargo la decisión recaía sólo en él.
Junto a la fogata aún había un alma enamorada y confundida tocando sus labios para recrear el momento.
Ingryd28 de octubre de 2011

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