Mi devoción al mundo futbolístico , al mundo del deporte en general ha sido como una noria , con sus altos y sus bajos.
De niños todos soñamos con ser grandes futbolistas o grandes karatekas. Hasta que, después de tres semanas intentando convencer a tus padres de que tu compañera de pupitre también va, te acaban apuntando con toda la ilusión. Ilusión que suele durar poco , porque a estas alturas de la película nos hemos dado cuenta que practicar deporte más de tres meses seguidos, excepto para algunas personas a las que denominaríamos " marcianas" puede resultar agotador o aburrido.
No podemos negar que en este nuestro país , los días de fútbol son días en los que las calles se vacían , las plazas , avenidas parecen desiertos. Todos los varones, hombres, machos ..se apalancan en las típicas tabernas de nuestros barrios. La televisión, el partido les absorbe y entran en un estado de eutanasia mental.
Por otra parte , se encuentran los grandes acontecimientos como finales de copas, la champion, mundiales ..en los que la nación se une con el objetivo de sentir los colores, esa emoción por un día que abuelos, nietos y padres comparten.
Y nos preguntamos, los partidos pueden ser más que un simple partido, más que una reunión entre amigos, familia o conocidos. Puede llegar a ser el consuelo del vago que sueña con alcanzar el ideal de vida de los futbolistas mientras se toman una cerveza.
Como decía John Lennon:"Imagine".Quizás en ese estado de eutanasia mental, en esa absorción que sufren con la tele en un momento para soñar, para imaginar todos esos sueños frustrados que de niños tuvieron.
