Será que Te Quiero.

- Un te odio, siempre es un te odio.
- No siempre, realmente, la gran mayoria de los te odios no son te odios.
- ¿Me vacilas? ¿Te estás riendo en mi puta cara? ¿Si? ¿Te estás riendo en mi putísima cara?
- No; No pretendía...
- ¿No pretendías? Ah, ¿No? Tampoco pretendías que me enamorara de ti, ¿Verdad? Vaya, mala suerte, MALA SUERTE, por que lo has conseguido. Pero ya sabia yo que a una víbora como tú... A UNA VIBORA COMO TU NO SE LE PUEDE PEDIR NADA. ¿Verdad? Que raro...ya me extrañaba que una niña mona como tú, se fijara en un bicho como yo.
- Tú no eres un bicho, entiéndeme, estaba realmente enfadada, TE QUIERO.
- ¿Por qué estabas enfadada?
- Por que estaba harta de que te metieses en peleas.
- Ese es el porque por el cual no podemos estar juntos.
- ¿Tus peleas?
- No, no...Joder no, ¿Es que no me quieres entender? Somos demasiado diferentes. Yo peleo, tu lloras. Tu corres, yo ando. Tu saltas, yo me siento. Tu escribes, yo leo. Tú...
- Tú me quieres, yo te quiero. Tú me entiendes, yo te entiendo. Tú me NECESITAS, yo te NECESITO... No puedo estar sin ti, pero tu sin mi tampoco...
- Puede, pero no estamos echos el uno para el otro. O tal vez tú para mi si, pero no yo para ti. -
Dijo acamodando sus manos detras de la cabeza y estirándose. Pasaron los minutos y ninguno de los dos se atrevió a decir nada. Esperaron, esperaron. Ella buscó su mirada y no paró hasta encontrarla. La mantuvo todo lo que el consiguió mantener, y tras cerrar sus ojos, dió la vuelta. Ella, se acercó al banco más cercano y se sentó.
"¿Porqué ayer si y hoy no? No ha podido decidirlo tan rápido, y no puede habermelo escondido durante mucho tiempo, lo conozco como si fuera mi hijo... ¿Porqué?.- Se preguntó llorando.- Tal vez nunca le he gustado y no sabía como librarse de mi, no lo sé, aunque lo único que necesitaría ahora es saberlo. ¿Porqué? ¿Alguien me lo puede decir? Cierto es que somos muy distintos, cierto es... pero la unión hace la fuerza, y nuestra unión era más fuerte que dos personas con gustos más parecidos. ¡ No comprendo porque tenemos que parecernos para gustarnos! A no ser qué..."
Corrió rauda y veloz cara la casa del chico. Timbró con toda la fuerza del mundo, con lágrimas de rabia.
- ¿Qué haces aquí? .- preguntó algo molesto.
- "Tu lloras, yo peleo." y tú, tú también lloras joder, TÚ TAMBIEN.
- ¿Qué?
- El problema que tienes, no son nuestras diferencias, si no el simple echo de que seamos diferentes, ES EL ECHO DE QUE SABES QUE NO PODRÁS OLVIDARME. Y que aún así lo intentes, demuestra que tienes valor chico...¿Tanto te cuesta admitir que me quieres demasiado? Si es así, quiero que sepas quée...
Al tiempo que trataba de terminar la frase, el silenció su boca con un humedo beso. Y entonces, admitió:
- Será que te quiero.