Siento tu saliva en la pócima:
De lejos sé que me estás dando un veneno.
Quieres enviarme hacia la muerte
y entregarte de lleno a la viudez.
Quieres el pésame de las mujeres pésimas
que pasan imbuídas en lo tétrico.
Quieres que te consideren desgarrada
y cortada con tijeras de tristeza.
Quieres las endechas en el duelo
y el supurar de mi ropa en el escaparate.
Y como no puedo negarte mi asistencia
tomo de la cicuta hasta la última gota.
