TusTextos

Juanito

“Juanito” 4

José María era el Jefe del Centro de Proceso de datos de una empresa puntera en el mundo de la investigación informática y su pasión eran los ordenadores.

Cada día, al terminar la jornada en la oficina, llegaba a casa y, después de comer con su mujer y sus dos preciosas hijas pequeñas, se encerraba en el estudio. Allí se pasaba las horas muertas, delante de la pantalla del potente ordenador que pacientemente había montado pieza a pieza.

Estaba dándole los últimos toques al programa en el que había trabajado los dos últimos años y que, según él, le permitiría comunicarse con su “ 586”. Incluso había asegurado a su amigo Fernando, otro aficionado a la informática, que algún día “Juanito”, como cariñosamente le llamaba el, tendría sentimientos.

Cuando aquella noche su mujer, después de acostar a las crías, le llevó un bocadillo y un vaso de leche al estudio, antes de meterse en la cama, lo encontró tan eufórico tecleando en el ordenador, que se preocupó. Demasiado contento-pensó-, luego cuando lo pruebe algo fallará, y entonces…. se enfadará.

-No te acuestes tarde, muchacho, mañana seguirás.
-No, si sólo me quedan unas cosillas por revisar y enseguida voy… Hasta mañana- y la besó.
-Hasta mañana -contestó ella- y puso cara de resignación, mientras pensaba -¡Como si no te conociera!


……………………………………………………..


Llevaba mes y medio en el Hospital y los médicos, después de hacerle mil pruebas, estaban a punto de desistir...

-Mire usted- le había dicho el doctor a Elvira-. No sabemos que le ocurre a su marido, deber ser alguna enfermedad nueva… o tal vez un virus…

-Pero, algo tendrán que hacer... ¿no?
-Eso es lo grave, que no sabemos qué… No tiene fiebre, ni síntomas que permitan aventurar un diagnóstico...

-Si, pero no podemos dejarle así. Se pasa todo el día tumbado en la cama, sin hablar... con la mirada extraviada y colgado de ese gotero….-se le saltaron las lágrimas.

-Créame que lo siento, señora; pero hacemos lo que podemos. Es más he de decirle que si durante la semana que viene no se aprecia ningún cambio positivo, sintiéndolo mucho, tendremos que darle de alta.


El médico salió de la habitación y cerro con cuidado la puerta, dejándola a solas con su marido.

Era una hermosa tarde de abril. Los débiles rayos del sol se colaban por las rendijas de las persianas y daban en la cara de José María que, molesto, trataba de huir de ellos para seguir durmiendo.

Elvira cogió una silla, se sentó junto a la cama y se puso a recordar la mañana que lo encontró en el estudio con los auriculares puestos, dormido en el sofá. Le había dado pena despertarlo. De todas formas-pensó-tampoco se va a hundir la oficina porque un día llegue tarde y amorosamente le tapó con una manta.

Cuando a las once de la mañana, preocupada, pasó de nuevo y le zarandeó, el se limitó a abrir los ojos y sonreírle…, y luego siguió durmiendo.

En esto pensaba cuando se abrió la puerta de la habitación y entró Fernando…

-Hola, Elvira, ¿Cómo sigue?
-Igual. ¿Has descubierto algo?
-No sé…, creo que sí, pero es tan absurdo que me da no se qué contártelo
-Es igual, dime…- y los ojos de la mujer se iluminaron.
-Verás, he revisado cien veces los programas que hizo José María, y me da la impresión de que, cuando estaba trabajando con “Juanito”, algo se asustó.
-¿Y...?
-Es mejor que nos lo llevemos a casa. Si estoy en lo cierto, tal vez… En fin, no puedo prometerte nada, pero ten confianza en mí….


……………………………………


El estudio estaba como el día que Elvira le encontró dormido en el sofá y, después de llamar al médico, este dijo que lo mejor era llevarle al Hospital.

Ahora, con José María tumbado en el sofá, Fernando conectó el ordenador y empezó a teclear ante la preocupada y expectante mirada de Elvira.

-Mira,-señaló la pantalla- Aquí es donde creo que empezó el problema… Es como una conversación entre José María y “Juanito”

-“Sabes lo que es un sentimiento…”
-No, soy una máquina; pero si me lo explicas…
-Es muy sencillo, Juanito. Por ejemplo, cuando yo te ordeno que imprimas un texto…, si la impresora está desconectada... No, no es eso... Verás, si cuando te programo, cometo un error, tú no respondes... No tampoco es eso…
-¿Entonces?...
-Es que es muy difícil... Una cosa es el razonamiento y otra muy distinta los sentimientos… ¡Si, eso es!..
-Pues no te entiendo...
-Si, mira. Cuando yo cometo un error al hacer un programa, tú lo detectas y te paras…, o empiezas a hacer tonterías hasta que te das cuenta de que… ¡Maldita sea, tampoco es eso!..¿Cómo explicártelo?

-Tú me has dicho muchas veces-decía Juanito-, que tu cerebro funciona como yo, pues...si tú tienes un ordenador en la cabeza y yo soy otro ordenador…, porqué no me conectas con él?, seguro que me entiendo mejor que contigo...

-Es verdad, pero ¿cómo hacerlo?

……………………………………….


-¿Has entendido hasta aquí, Elvira..?
-Si, pero… y esos signos que aparecen a continuación en la pantalla…¿qué son?
-No lo sé. Ahí es donde me pierdo. Parece el diagrama de un electroencefalograma, pero mira lo que viene a continuación…, creo que es donde empieza todo… Hay una transferencia de información. Es, para que lo entiendas, como si se produjera la copia de lo que hay en un “diskettte” a otro.., un “ back-up”.
-Ya, pero eso…..es imposible.¿no?
-Pues..- y Fernando se encogió de hombros- eso creía yo, pero ira, mira…-señaló la pantalla.

-¿Format?...¿que es eso?
-Es preparar un “diskette” para que pueda recibir la información que contiene otro. Vamos.., dejarlo en blanco. Lo que viene a continuación, Elvira, es la clave del problema. Mira..-y pulsó una tecla-
-¿Qué haces, Juanito?- preguntaba José María-¡¡¡No, eso no!!!...¡Nooooooooo!.

-¡Que pasa Fernando! –Elvira estaba casi histérica, con la vista fija en la pantalla-¿Qué es “VOL.1 Cilindro O?...¿Y esa serie de números…?

-Verás, aunque parezca increíble, según esto…- no encontraba las palabras para poder explicarle-, creo que todos los conocimientos, la experiencia y los sentimientos, que José María había adquirido desde que nació, y que están almacenados en su cerebro, fueron transferidos a la memoria de “ Juanito” y…¡vamos que están ahí dentro…!- señaló el ordenador-

-Pero ¿Entonces?, que hay en el cerebro de mi marido, ahora?
-Nada. “Juanito”, después de recibir toda la información, formateó su cerebro y lo dejó todo en blanco…, como el de un niño recién nacido.

Los dos se volvieron a mirarle. Estaba tumbado en el sofá con una sonrisa en los labios
Chupándose el dedo pulgar…

-Entonces,..¿tú crees que?...
-Es la única posibilidad…, si quieres…
-¡Tenemos que intentarlo..!

Le pusieron los auriculares, y Fernando con el alma encogida, tecleó…COPY.

En la pantalla, volvió a aparecer aquel dibujo, parecido a un “ electro” y a continuación…

VOL. 1 Cilindro 0… y toda una serie de números….


……………………………………………….


Abrí los ojos como si despertara de una pesadilla, y empecé a gritar….

-¡¡¡Nooo, Juanito!!!, ¡No hagas eso ¡…

Era como un torrente de agua que cayera desde mil metros de altura,… y entrara, de golpe, en mi cabeza…

Vi a mi mujer y me di cuenta de cuanto la amaba.. y a Fernando, mi amigo, junto al ordenador..

-¿Y las niñas?...¿Donde están..?, ¿Están bien?
-Si, no te preocupes- contestó Elvira.

Es todo lo que recuerdo. Bueno, eso y aquel sol tan molesto que entraba por la ventana y me daba justo en la cara…. ¡Que rabia…! ¡Es que no me dejaba dormir!

©isidromartínezpalazón. Febrero 1996
http://www.isidromartinez.com/
Isidro19 de enero de 2009

2 Comentarios

  • Zochi

    Excelente muestra de ciencia-ficci?n, Isidro. Bien llevado el argumento, la t?cnica utilizada logra mantener el inter?s y el efecto sorpresa hasta el final. Me gust? mucho, me lo guardo entre mis favoritos.

    ?Saludos!

    19/01/09 02:01

  • Namari

    Gracias Isidro, est? inquietante hasta el final, me gust? much?simo, muchas gracias. Bezotes

    19/01/09 05:01

Más de Isidro

Chat