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La Casa Del Molino



La casa del Molino 11



El molino era una casa grande a orillas de lo que un día fue un hermoso río.

Cuando el abuelo Juan Antonio la compró, no era mas que un viejo molino en ruinas, pero a base de ingenio, de miles de horas de trabajo y de casi todos sus ahorros, la había convertido en la preciosa y confortable casa de campo que ahora era, en medio de un amplio valle, en el que enormes chopos canadienses y grandes zarzales dibujaban el cauce por el que discurría un arroyo que cantaba en invierno y primavera y, cuando llegaba el verano, se limitaba a sonreír tímidamente.

Estaba a una hora de camino de la ciudad, en coche, y sería muy agradable pasar allí, además de los fines de semana, largas temporadas en verano con sus hijos y nietos, cuando se jubilara- pensaba Juan Antonio.


-…Y esa es la historia de la casita que el abuelito construyó para que su nieto Javi, con sus primos, fuera en el verano a cazar ranas, a bañarse e n el río… y a buscar niños de pájaros en los zarzales… ¿me escuchas hijo?..

-Si, papá... y entonces, cuando llegamos… ¿El abuelito me llevará al río?..


Era casi de noche cuando el “Twingo” color granate, a ochenta, se tragaba las curvas bien señalizadas de la carretera, bajo la luz de los potentes faros.
Jóse conducía tranquilo mientras contaba la historia a su hijo Javi, un precioso chiquillo de cuatro años, moreno como él, que a su lado hacía verdaderos esfuerzos para no dormirse. En el asiento de atrás, Terry, un cachorro de Fost-Terrier, adormilado, de vez en cuando gruñía.

-Mira, papá- y el crío abrió los ojos como platos y señalo con el dedo-,una estrella que se ha caído del cielo…¡la has visto!.

-Si, seguro que ha caído por “El molino”. Demasiado grande para una estrella fugaz-pensó Jóse-, y no le dio más importancia.

Unos minutos después, el coche se detenía delante de la casa. Era una noche de febrero, cuajada de estrellas. En el valle, las copas de los chopos se recortaban contra el cielo como gigantes y hacía frío.

Dejó el coche con el motor en marcha y los faros iluminando directamente la puerta. Bajó la bolsa con la cena y la ropa de campo y abrió.

-Baja, Javi, el abuelito ha dejado la chimenea encendida, ya verás que bien lo vamos a pasar.
-Voy, papá.., ¡Venga Terry!


Antes de entrar, el perro ladró en dirección al río y luego, jugueteando, siguió al chichillo hasta dentro de la casa. Jóse había encendido las luces y sacaba la bolsa de los bocadillos.

-Ven, Javi, siéntate junto a la chimenea; ya verás que calentito se está. Toma, este de jamón y queso para ti, y el de chorizo para mí. ¡Anda empieza a cenar, que voy a cerrar el coche y ahora mismo vengo!
-Papá, ¿y los abuelos?
-Se han ido a la ciudad. Mañana por la mañana vendrán otra vez y pasaremos el fin de semana juntos... ¡Anda, come!

Jóse entró, cerró la puerta y se sentó junto al fuego.

-¿A que está bueno el bocadillo?
-Si, papá.

Cuando terminaron de cenar, Jóse cogió a su hijo en brazos, encendió un cigarro y se acomodó en el sofá frente al fuego. Terry, echado a su lado, miraba la lumbre.

-Papá, cuéntame un cuento- y el chiquillo se acurrucó en su pecho.
-Había una vez……


De pronto, Jóse volvió la cabeza y vio a través de la ventana un gran resplandor. Apenas duró un segundo. Era como si un choche con las luces encendidas hubiera cruzado por enfrente de la casa a toda velocidad. Pero era extraño, no había oído ningún ruido de motor, ni nada... ¡Bah!-pensó- serán figuraciones mías. Además ahí abajo está el río.
Un minuto después tuvo la misma sensación, pero esta vez hasta Terry había levantado la cabeza…Gruñó un poco, volvió a meter el morro entre las patas delanteras y se quedó dormido.
Jóse empezó a sentirse inquieto, pero cuando se preocupó de verdad fue cuando toda la habitación se iluminó por arte de magia.
Se puso en pié y se acercó a la ventana. La luz venía del río.

-¡Allí está, papá!- le gritó Javi, señalando con el dedo la gran bola blanca, del tamaño de una casa que estaba posada en el río y, asustado, bajó la voz-
-Ya la veo-contestó Jóse-. No hagas ruido.

Todo el valle se había iluminado y se podían ver las ramas de los árboles como si fuera de día.

-Javi, ¿Quieres que vayamos a ver que es?
-Si, papá.

Abrieron con mucho cuidado la puerta de la casa para no hacer ruido, se cogieron de la mano y, agachados para no ser vistos, bajaron por la senda hasta la orilla del río.
Cuando llegaron a veinte metros de la esfera luminosa, se tumbaron en el suelo y gatearon con la cara pegada a la hierba… Alguien estaba hablando…
Eran cinco gigantes que medían casi cuatro metros. Iban vestidos con trajes de cuero negro ajustados y ocultaban sus caras dentro de un casco, también negro. Solo se les veían los ojos, que eran rojos y brillaban como ascuas encendidas… Una gran capa, negra por fuera y roja por dentro, les cubría…
El que hablaba, que parecía el Jefe, llevaba en la mano derecha un anillo blanco que daba una gran luz y se lo enseñaba a los demás gigantes con orgullo.

-¡Ahora, yo,!-gritaba- Morlan, el Príncipe de la Zona Oscura del Universo, soy el más poderoso. Esto lo demuestra, mirad…-y dirigió el anillo hacia el monte que había enfrente…

Un rayo de fuego salió del anillo, y el monte desapareció…

-Y lo mismo puedo hacer con aquella casa de seres terrestres-y señaló El molino.

-Papá, -dijo Javi- Esa es la casa del abuelito Juan Antonio.
-Calla, Javi, que nos van a oír…
-Pero, papá….

En aquel momento, el cielo se iluminó y una esfera igual que la que tenían delante, pero aún más brillante, se posó a menos de cinto metros de donde estaban Javi y su padre.
De ella bajaron tres gigantes. Todos vestían trajes blancos, con cinturones de oro. Sus cabellos eran largos y rubios…, casi dorados.

-Papá, ¿Has visto?. Estos si tienen cara…¡y se les ve muy bien con la luz tan blanca que les sale por los ojos!.
-¡Calla, Javi!-dijo Jóse, poniéndose un dedo en la boca en señal de silencio- Si nos descubren nos harán desaparecer como el monte….

El más alto de los recién llegados se dirigió a Morlan…

-Soy Good, el Príncipe de la Zona Blanca del Universo, y vengo a por el anillo que me robaste, ¡Maldito!
-Nadie me lo arrebatará- gritó Morlan-¡Lucharemos!

Lo que pasó a continuación, fue terrible…………..

Morlan, de pronto, se transformó en una horrible serpiente. Por entre sus dientes, grandes como los colmillos de un elefante, salió un rayo verde y viscoso que fue a golpear a Good en el pecho.
Los demás gigantes, blancos y negros, permanecían paralizados… Estaban luchando los Jefes.
Good, tendido en el suelo, tenía en el pecho una herida tremenda y parecía que iba a morir.

-¡Maldito Good!-chillaba Morlan que había vuelto a transformarse en gigante y se disponía a destrozar a Good con su espada de fuego… ¡Estás vencido! Tengo tu anillo y todo el poder es mío. ¡¡¡Te haré desaparecer, como hice con ese monte….!!!!!

Sin pensarlo, Javi se levantó y echó a correr gritando hacia donde estaba Morlan...

-¡¡¡No, No dejaré que le mates…!!!

Iba vestido con su traje de Power Ranger y, antes de que Morlan se diera cuenta, le quitó el anillo y se lo puso en el dedo.

-Tu eres quien va a morir... ¡Maldito demonio negro!-y apuntó con el anillo directamente al corazón del “Gigante Negro”…

Un rayo partió del anillo y el Jefe de los gigantes negros desapareció.

Javi se acercó a Good y le entregó el anillo.
-Toma, es tuyo…

Good se levantó y cuando puso el anillo en su dedo, la herida del pecho se cerró al instante…

-¿Qué vas a hacer con los gigantes negros?- le preguntó Javi.
-¿Quiénes?-contestó Good…-Al destruir a Morlan, has hecho desaparecer a los demás.

Javi miró a su alrededor, y sólo vio una esfera de luz a la que subían los dos gigantes blancos...

-Toma este anillo verde, Javi- digo Good, y se lo puso en el dedo-Es como el mío, pero para niños valientes como tú.
-Gracias, Good.
-Gracias a ti por salvarme la vida, Javi... , y recuerda, cada vez que vengas al Molino con tu papá, cuando se haga de noche, ponte el anillo y busca en el cielo esa estrella-señaló Venus-…entonces verás la esfera de luz en la que viajo por el universo.


Good subió a su esfera y unos segundos después se elevó del suelo a la velocidad de la luz y se perdió en el cielo…

El valle se quedó oscuro y Javi echó a andar por la senda que llevaba al Molino…

-¿Y mi papá?... ¡Papá!, ¡Papá!- comenzó a gritar-
-Si, hijo, dime…
-Me creía que te habías perdido… No te he visto cuando veníamos del río… ¿Has visto a Good?.. ¿Y a Morlan?..

Jóse se había puesto de pié con el chiquillo en los brazos para llevarle a la cama.

-Se estaba tan bien aquí, durmiendo junto a la chimenea... ¡Hala, a acostar!..


Con el chiquillo en brazos, se acercó a la ventana y miró fuera… ¡Que frío tiene que hacer!- pensó.

-Papá, ¿has visto esa estrella?
-Si, es Venus… ¡Como brilla!

En ese momento, una estrella fugaz cruzó el cielo….

-Mira papá, ahí va Good
-¿Good?, ¿Quién es Good?
-El de la esfera de luz, en el río... ¿No te acuerdas?
-Pues, no. ¡Anda que debes de haberlo soñado...!

Jóse, con su hijo dormido en los brazos, subió las escaleras que llevaban al piso de arriba, donde estaban los dormitorios.
Abrió la cama, le puso el pijama y lo acostó.
Cuando fue a besarlo, para desearle buenas noches, el chiquillo, entre sueños, le dijo...

-Papá, en esa bola blanca de luz iba Good, el Guardián del Universo…
-Si, hijo. Ahora… a dormir.

Jóse, bajo las escaleras despacio, pensativo. No recordaba haberle comprado a Javi aquel anillo verde tan bonito que llevaba en la mano derecha y que brillaba como si tuviera una luz dentro….

-¡Bah!-pensó, mientras con el recogedor amontonaba los brasas en el centro de la chimenea, antes de irse a dormir-“Se lo habrá encontrado por ahí…, jugando”.


© isidromartínezpalazón. Febrero 1996
http://www.isidromartinez.com/
Isidro31 de enero de 2009

2 Comentarios

  • Artalia

    Buena m?sica y buena literatura. Salud.

    01/02/09 02:02

  • Isidro

    Gracias, Artalia,por tu comentario... Isidro

    03/02/09 08:02

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