Jenny
Jenny es una mujer definitivamente hermosa, sus ojos destacan de los demás, no solo por su color sino también por ese brillo seductor en su mirada. Mujer alta, de elegantes y sabrosas curvas,
Recuerdo la primera vez que la vi, vino a mi oficina que estaba descuidada como siempre. Su timbre de voz me sonó como triste:
- Sospecho que mi esposo me engaña. Quiero que lo vigile.
Es que acaso alguien, puede traicionar a semejante bombón, me dije a mi mismo, mientras le explicaba lo de mis honorarios.
Concretamos los formalismos y la vi partir.
El tipo era algo extraño, trigueño, delgado, alto, de barba, tenía una mirada misteriosa y sus costumbres pasaban desde ir al bar "solo panas" todos los días desde las veinte hasta las veintidós horas en punto hasta visitar a su madre los lunes, miércoles y viernes a las nueve de la mañana otra vez en punto.
Hoy mientras lo vigilaba, me percaté que cambió su destino por la mañana. Lo seguí, según yo, sin que él lo notara. Esta vez se dirigía al bar, lo que me pareció sospechoso.
Bajó de su auto, lo vi conversar con una mujer que llamó a un hombre un poco intimidante. Procuré en todo momento captar la mayor cantidad de fotografías de aquel acontecimiento. De pronto sentí un disparo por detrás de mi automóvil, como hombre precavido que soy, tenía lista mi arma en la guantera, mientras la tomaba observé que eran dos tipos los que se dirigían a acorralarme junto al hombre intimidante que venía del otro lado, traté de encender mi automóvil sin éxito a la primera mientras acerté a dar un disparo. El segundo intento logró prender mi vehículo y salí flechado, en el escape alcancé a divisar por el retrovisor, que ese hombre extraño estaba en el piso con una mancha roja en su camisa.
No comprendí lo sucedido, llevo varios años en este negocio y mi experiencia me dicta que un caso de infidelidad no termina en balacera.
Llegué a mi oficina a masticar los acontecimientos; después de unos treinta minutos, o serían más, o serían menos, vi entrar otra vez a Jenny, esta vez estaba más hermosa y sus curvas se me antojaban más sensuales que la última vez; mientras me predisponía a contarle lo sucedido la vi sacar de su cartera un arma; puedo asegurar que no sentí nada, es como si de pronto el sueño hubiera hecho presa de mi, al caer en mi sillón escuché salir de sus labios provocativos lo sucedido
Lo planificó desde un principio, desde el día que convenció a su esposo, hacía unos cuatro años, de adquirir un seguro de vida. Este miércoles, cansada ya de él, era momento de ejecutar el plan.
Necesitaba la forma de asustarlo, de hacerlo sentir acosado para ponerlo en alerta y que el momento de defenderse su muerte pareciera un accidente.
Eligió mi nombre de una directorio que vio en internet.
Sobornó a los guardaespaldas para que mientras lo defendían, una bala sea dirigida a su esposo y de paso terminen conmigo.
Solo hubo una leve falla, no lograron terminar conmigo, por lo que ella tuvo que concluirlo.
Jenny salió de mi oficina, como si estuviera en una película: moviendo sus caderas sensualmente; y aún en este momento, mientras siento que la vida se me va, no dejo de pensar que Jenny es una mujer definitivamente hermosa.
Jac13 de noviembre de 2015
