TusTextos

Buscando.

[Favor de leer ésta historia mientras al mismo tiempo escucha Jeremy de Pearl Jam.
youtube: https://www.youtube.com/watch?v=2A4a3mplXPo
]

Día 1.
En casa Rubén se prepara para ir a la escuela en donde cursa segundo año de secundaria. Introvertido y tímido. Preferiría no ir. Sus padres le dicen que está en un gran instituto, que lo aproveche al máximo. Ignoran su insistente petición de cambiarse de escuela.
Por los pasillos sus compañeros lo señalan: el niño raro, el que no habla, el afeminado. Antes de entrar al salón se queda en el umbral de la puerta, se acomoda sus gafas y da un suspiro, después entra y se acomoda en su lugar mientras bocas murmuran. Bolas de papel aterrizan en su cabeza mientras las clases se imparten. Vea o no vea el maestro, da igual, Rubén es vulnerable: ley general. Es hora del almuerzo; come solo, fuera de la cafetería y de la vista de todos. De casualidad encuentra un papel adherido a su espalda, lo ve y lo lee: Marica. Suspira y tira el papel. Al llegar a casa cena con su familia, fue un día normal para todos, deducen sus padres. Pero el día aun no acaba, no. En su cuarto, recibe una notificación de facebook: una etiqueta a una foto donde él aparece caminando por los pasillos de la escuela, se lee sin problemas el mensaje en el papel a su espalda. No es sólo la hora de dormir, es también, para Rubén, la hora de llorar.

Día 2.
Más de lo mismo.


Día 3.
Más de lo mismo.


Día 4.
Más de lo mismo.


Día 10.
Más de lo mismo.


Día 20.
Más de lo mismo.


Día 30.
Más de lo mismo.


Día 40.
Más de lo mismo.


Día 50.
Más de lo mismo.


Día 70.
Más de lo mismo.


Día 100.
Más de lo mismo.


Día 101.
Rubén decidió faltar a clases y gastar el tiempo buscando una manera de acabar con un demonio atroz que vivía dentro de sí. Depresión, le llaman en internet, y tiene como actos crueles quitarle el sentido a la vida. Te quita el ánimo y la voluntad de hacer cosas que antes hacías, incluso levantarte de la cama, incluso respirar. Rubén no se dio cuenta cuando el monstruo ya era tan grande que lo estaba destruyendo; no, destruir no, lo estaba hundiendo. Y ese peso dentro de sí era ya demasiado para él, debía acabar con todo de una vez por todas.


Día 105.
Rubén logra deshacerse del demonio dentro de él, y ahora puede descansar en paz.
Le parecería sorprendente, tal vez hipócrita, en caso de verlo, tanta veladora encendida por los lugares que solía frecuentar.
Jaquez13 de agosto de 2017

Más de Jaquez

Chat