A diez metros de ti, el pulso se acelera, el sudor frío provoca escalofríos y una leve calma, pese a todo, se adivina en el horizonte de mi mirada perdida.

Como quererte es imposible, me digo a mí mismo que no hay motivo para el estupor; las calles me han visto crecer a la sombra de miles de sonrisas que no me pertenecían; una más, tan sólo una más, no va a cambiar la tranquilidad de mis días grises.

A cinco metros de tu boca, puedo ver el brillo de tus ojos, que no se apartan de mi caminar torpe, inseguro, acompañado por cien palabras que se cruzan, en mis pensamientos, invocando al terrible vacío de una mente en blanco.

Como besarte es tan sólo un sueño, me tranquilizo intentando fijarme en la tarde mágica que nos alumbra, en el viento que aleja nuestras pasiones, como tantas otras veces me alejó de otros destinos, territorios del corazón inexplorados, que se marcharon en busca de nuevas playas. Que sople el viento, que sople, que me robe la esperanza, sólo es una más, al fin y al cabo; no voy a perder más de lo que perdí.

A un metro de tu corazón, el desencanto construye su reino, la desesperación se corona, y la sonrisa vacía surge, para saludarte, ocultando el terrible sentimiento que me hace amarte, necesitar de tus palabras, exhalar un último suspiro en tu boca.

Como tenerte es una locura, ahogo mis lágrimas en un mar de ilusiones rotas, donde tantos sueños naufragaron y siempre es noche oscura, sin faro ni costa. Sólo es una lágrima más, tal vez un pequeño llanto; ni el mar se va a desbordar, ni la herida va a escocerme con mayor crudeza cuando me bañe, desnudo de ideas, en sus aguas saladas.

Pero no, no sirve para nada. Tú no eres como las demás, ¿a quién intento engañar? Las demás van y vienen, pero tú siempre permaneces; las demás son pasado o futuro, pero tú siempre eres presente.

Y a un metro de ti, tal vez a menos, la locura de besarte pasa por un límite absurdo que no soy capaz de superar, ni siquiera cuando tengo la certeza de que hoy estás a mi lado, y que mañana, no serán cinco, ni diez, ni siquiera cien, los metros que nos separen, sino miles de kilómetros de distancia, que caerán, uno a uno, sobre las calles, el viento, y el mar de mi desencanto, condenándome a quererte, como hoy, en la distancia.

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1 Comentarios

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  Namari

  Es dura la distancia... y los sentimientos que ella provoca están en tu texto, gracias por compartirlo, con tu permiso, me quedo con el párrafo:
  
  "Como tenerte es una locura, ahogo mis lágrimas en un mar de ilusiones rotas, donde tantos sueños naufragaron y siempre es noche oscura, sin faro ni costa. Sólo es una lágrima más, tal vez un pequeño llanto; ni el mar se va a desbordar, ni la herida va a escocerme con mayor crudeza cuando me bañe, desnudo de ideas, en sus aguas saladas."
  
  Es precioso, bezzotes
  

  17/03/11 05:03