Me Quieres
Me quieres. Me lo has dicho con la voz callada de tus poemas, me lo has susurrado con esa mirada que perfora hasta el pensamiento más lejano. Me quieres, me quieres, me quieres...
Sueño o realidad, ya no importa; que se alejen los falsos futuros y el destino incierto de una vida en tu sonrisa, porque hoy me has confesado que me quieres. Que se pierdan en el mar de la desidia las razones que me apartan de tu boca, los miedos incoherentes con el grito del corazón, porque hoy tu magia me ha dictado que me quieres.
Adiós al desencanto, a la falsa inseguridad de una rutina, siempre a punto de romperse, siempre con los pies de plomo tirando hacia el lado oscuro del abismo; que se alejen, que se alejen y no vuelvan, que ya no queda sitio, en mis escritos, para hacerse fuerte. Marchad, marchad, descubrid nuevos horizontes de amores banales, conquistad otros suspiros, otras calles mojadas, otras historias de imposibles lazos.
Ha sido un placer, hasta nunca, adiós, amarga realidad, adiós, que el cielo te sonría en nuestro nombre, recuérdanos cuando, desesperada, confirmes que los sueños te han vencido, que la fuerza del amor ha derribado las defensas de tu tiempo y de tus convenciones. Te dejamos el honor de haber intentado acabar con nosotros, te otorgamos el placer único de saber que, aún hoy, malvivimos de acuerdo a tus propósitos... Pero ya no estamos solos, porque ahora nos tenemos el uno al otro, y te despedimos, cruenta, sucia, cobarde realidad, agitando un mismo brazo, siempre oculto, recordándote que la magia venció en tu batalla contra las sonrisas.
Ya te olvidé, ¿lo ves?, y todo por saber que ella me quiere...
Mi única estrella, la más alta, la que da más luz a mis días, se ha atrevido a bajar hasta mi cama para decirme que me quiere. ¿Es posible?, ¿acaso el dolor se convirtió en el camino del sueño?, ¿será verdad que mi vida no es sino el papel de todos sus estrenos?
Tú... Te acercas, me enloqueces, me miras y me callas. Tú... Tan altiva en tu humildad, te atreves a llenarme el corazón de vergüenza, y me sonríes, buscando en mis labios, el reflejo de tu sonrisa. Tú... Te giras y me atrapas, y el olor de tu inocencia se hace el eco de mi ropa. Tú... Solo estás tú, solo existes tú, el mundo entero eres tú...
Y entonces, dos palabras...
Me quieres, me quieres, me quieres...
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Mejorana
Hoy me has dicho que me quieres y la luz se hizo.
Mi boca contra tu boca será la recompensa en este día que empieza a hacerse nuevo.
Estoy tremendamente feliz de que estés aquí Javert.
Mi única estrella, la más alta, la que da más luz a mis días, se ha atrevido a bajar hasta mi cama para decirme que me quiere. ¿Es posible?, ¿acaso el dolor se convirtió en el camino del sueño?, ¿será verdad que mi vida no es sino el papel de todos sus estrenos?
Es altamente hermoso Javert.
Un abrazo.
12/12/09 01:12
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Javert
Mejorana, parte de la sonrisa con la que firmo la pintan corazones como el tuyo.
Mil gracias por leerme.
:)
14/12/09 08:12
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Namari
"Ha sido un placer, hasta nunca, adiós, amarga realidad, adiós, que el cielo te sonría en nuestro nombre, recuérdanos cuando, desesperada, confirmes que los sueños te han vencido, que la fuerza del amor ha derribado las defensas de tu tiempo y de tus convenciones."
Sin dudas el poder del amor es gigante, sólo dos palabras abren todo un mar de sueños... Felicidades Javert, es precioso
Bezzotes
28/12/09 03:12
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Javert
Muchísimas gracias, Namari. No dejes de pronunciar nunca esas dos palabras.
:)
30/12/09 01:12
