Perdon
.-Perdón yo hubiera querido decir,
pero no recordé si quiera como pronunciarle.
Mi orgullo obvio esa palabra, y en el adiós herido, no la incluí en la última frase.
Dos silabas que por no pronunciarlas, solo lograron de por vida condenarme,
Marcando la diferencia, entre mis soledades de ahora y mi compañía de antes
.-A veces olvido que equivocarse en la humanidad es como una constante,
Es fácil emitir un juicio, ante aquel que tiene otras maneras de comportarse.
¡¡ Cuanto nos molesta la paja en el ojo del otro, siendo a veces insignificante,
Al compararla con la que llevamos nosotros, que seguro es una viga gigante!!.........
.-¡¡ El otro tiene la culpa!!, sin reconocer que fue uno el que llego a equivocarse,
Al final en la negación se busca la forma, de que ese pecado pueda llegar a expiarse.
Tomar la fusta del coraje y sin orgullo ante la conciencia poder entero reflejarse,
Lograra que la tensión del alma, deje de presionar y termine entera por purgarse
.-Si yo hubiera reconocido mi error, quizás no la hubiera visto nunca marcharse.
Haber pedido perdón, y los motivos de mi equivocación buscar como confesarles.
Aunque, ¿para que iba a buscar excusas, si no había alguna que en todo esto calzase?,
Y si ya la herida se hacía tan doliente, era al fin mejor callar y dejar de lastimarse
.-Aprendí que la felicidad a veces depende de que el orgullo llegue a humillarse.
Que cuando se quiere con malas palabras herir, es mejor aferrado a uno callarse.
Pienso que si llegara otro amor, y por las cosas de la vida este llegara a fallarme,
¿Cómo me sentiría yo, si por su orgullo no me pidiera perdón, y el ultraje me negase?........
