-Hoy estoy de pensar,
Y el contraste entre la oscuridad exterior y la luz interior,
Refleja en el ventanal algo sombría mi cara.
El efecto de la luz artificial y las sombras difuminadas,
Me reflejan en doble faz, una oscura y la otra iluminada.
¿Qué soy ahora en realidad?,
Me pregunto consciente desde mi condición más infrahumana,
Ni modo en pensar que soy el mismo que antes yo fui,
He perdido energías y eso me ha condicionado las ganas.
He quemado en procesión consecutiva, cada una de mis etapas,
Y por desconcentración no he sabido como retener por tiempo,
El triunfo de alguna jugada.
- El valle se ha vestido con un bello traje amarillo otoñal,
La noche más temprano se anuncia, heladas son las madrugadas.
El Oso se ha refugiado para su larga hibernación,
Pronto lo verde se vestirá con la blanca pureza de la nevada.
Y yo sigo en mi cavilación, como buscándole sentido a la nada,
Deseando con más fuerzas la chimenea de doble combustión,
Que en la tienda hace varios otoños yo pase a cotizarla.
Pero es raro como mi pensamiento voló, desde lo intangible,
A pensar en una necesidad más bien banal y claramente mundana.
¡¡ Si del frio fácilmente uno se puede llegar a proteger,
Solo arropándose en una lanuda frazada!!.
-Ojala fuera así de sencillo poder arropar al corazón,
Y evitar el viento gélido que se cuela en la dermis del alma.
O con una copita de coñac, encender en sus cavernas una fogata.
Si, hoy yo estoy de pensar,
Y ante la realidad vertiginosa siento, que me estaba haciendo falta.
Y obviando mi figura desfigurada que me mira desde el ventanal,
A mi reflexionar le impongo en este minuto una pausa.
Me serviré un humeante café, y luego me iré a cobijarme a mi cama,
Una dicotomía seguro yo propondré,
La cafeína es un ataque certero al sueño y al cansancio que me embarga.
Sé que estoy contento como estoy,
Que de mi pensar de hoy rescatada una muy buena enseñanza,
No tengo ninguna fuga en mi corazón,
Son solo y nada más, que alguna u otra noche congelada.
