Capitulo 16. Otra cama, otro cuerpo.

Tu cabeza dolía y el olor a alcohol penetraba la habitación. Era insoportable estar ahí, pero por una razón que desconocías te encontrabas totalmente desnudo y en una cama que no era la tuya. No tenias la capacidad suficiente de recapitular los hechos de la noche anterior, esperabas que llegaran por si solos y con una buena explicación incluida.
- Despertaste. Buenos días.
- ¿Qué…?
- No recuerdas nada de lo que paso, ¿cierto? – Confundido niegas. – No te culpo, estabas muy borracho.
- ¿Podrías…
- ¿Explicarte lo que paso? – Asintió y después se incorporo mejor para escuchar lo que ese hermoso chico tenia para decir.
- Se que te sentirás bastante incomodo con esto.
No necesitaste escuchar más. Sabias lo que habían hecho, ¿te sentías culpable? Para nada, ya no te importaba lo que llegaran a pensar de ti. Pero estas de nuevo con el problema de “yo, yo, yo”. Tendrías que darte cuenta que los demás también tienen sentimientos. ¿Qué pasara con los de este muchacho? ¿Será que siente algo por ti? Y la pregunta más importante del montón, ¿Qué te llevo a hacerlo? Existe una posibilidad de que lo hayas hecho con el propósito de hacerle sentir celos a Gerard, ¡pero el ni siquiera esta! O podría ser que bajo el efecto del alcohol hayas actuado, que es lo mas seguro. Aun así, te sientes mas, te duele la cabeza y te duele el hecho de que unos bellos ojos castaños te estén viendo con tanta ternura al esta hablando. No puede estar enamorado de ti, es imposible. Tu no lo estas y no lo estarás nunca, no quieres lastimarlo, se ve buena persona. Y sientes que no mereces que una persona como él te ame.
- Jasón yo…
- No, no digas nada. Se que estuvo mal. Perdóname.
- Jasón, ¿Cuántos años tienes?
- 16.
Habías abusado de un menor de edad. Hasta ese momento no sabias quien había sido el de la gran idea de haber tenido sexo. Pero aun así, te sentías sucio por haberlo hecho con un niño. No sabias que decirle, no sabias como disculparte.
- ¿Alguna vez…lo habías hecho?
- No, pero me alegra que mi primera vez haya sido contigo.
Ahora luchas por tratar de regresarle su inocencia. Para empezar, ¿Qué hacia un niño en un bar así? Eso tenias que preguntarlo, pudiera ser que no fuera tan inocente como estas pensando.
- ¿Qué hacías ahí?
- ¿Quieres que te cuente mi historia hasta donde he llegado?
- Claro. – Te muestras interesado.
- Mis papas no son los padres que hubiera querido. Mi padre es un mujeriego borracho y mi madre no me quiere. Según ella, nunca me quiso y solo soy un estorbo. Pero he aprendido a ganarme la vida por mi mismo, trabajo en donde puedo, y tengo que aceptar lo que me paguen. Imagina en donde estuviera si no lo hiciera. – El muchacho mostraba raspones en su rostro y brazos, lo has mirado con lastima. – No me mires así, odio que me tengan lastima.
- No te tengo lastima.
- Tu mirada dice todo lo contrario.
- Lo siento, no…
- Y no importa. Tampoco importa lo que me pase. Lo siento, tengo que irme, y perdona de nuevo por lo que paso.
- No, Jasón. No fue tu culpa.
- si lo fue, yo te hice venir aquí.
- No, deja de culparte.
Unas cuantas lágrimas comenzaron a asomarse por sus ojos, te sentiste mal de nuevo por ser el causante de ellas.
- No llores.
- Me voy…no te preocupes…la habitación esta pagada.
- No te vayas.

Te levantas cubriéndote con la sabana y lo detienes del brazo. No puedes soportar el hecho de verlo llorar. Sientes ternura, ganas de protegerlo y de no dejarlo solo. Y no lo harás.
- Ven conmigo, a mí casa.
- ¿Qué? No, no podría.
- Por favor, te lo pido como amigo.
- Lastima que yo no puedo verte así.
Te ha dejado anonadado, eso era lo que mas temías.

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