Inglaterra. La más hermosa y majestuosa ciudad que alguien puede conocer en su vida. Enormes edificios, al borde de la destrucción gracias a los miles de años que estos guardan dentro de sus cimientos. Pero al fin y al cabo, hermosos a la vista de quienes sepan apreciar una verdadera obra de arte de aquellos años...
A las afueras de la cuidad, en pueblo llamado Foreward, conocido por la calidez de sus habitantes, también por sus hermosos jardines y sus antiguas casa, que aun eran habitadas. Vivía un pequeño niño, él poseía unos hermosos ojos color avellana, un cabello castaño, hermosamente figuraba el color de un delicioso y tentador chocolate, su piel era blanca, no lo suficiente para decir "pálido" y sus labios eran de un color rosado. Su nombre: Frank Anthony Iero. Siempre cuidado y amado por sus padres, nunca le falto nada.
Por otro lado. Al otro lado de la cuidad, vivía un niño de cabellos negros como la noche, ojos verde esmeralda, su piel era pálida, blanca como la nieve recién caída del cielo. Pero en contrario, muchas personas morirían de un susto al ver tal palidez en la piel de un niño de 10 años. Pero él era así, ¿que podía hacer? Vivía con su madre la respetable Sra. Donna Lee de Way. Siempre se encontraba fuera de casa. Y el pequeño Gerard Arthur Way Lee, era cuidado por alguna de sus tantas "nanas", aunque a él no le importaba mucho, todo lo que necesitaba para ser feliz era su pequeño cuaderno de dibujo.
El pequeño Frank, a su corta edad de 7 años, sabía tocar el piano, excelentemente. Soñaba con aprender a tocar algún día aquello que llamaba guitarra, pero su madre, la Sra. Linda no se lo permitía, decía que era algo "inapropiado". Mucho mas viniendo de alguien que formara parte de la distinguida familia Iero-Pricolo. Algo desalentador para un futuro artista.
Como todo curioso niño, Frank se sentaba en el jardín delantero de su casa y observaba como los pájaros revoloteaban alrededor de las coloridas flores. El jardín era hermoso, inspirador, bañándose de un verde brillante, repleto de arbustos, flores y pequeños árboles que crecían junto a el. Pero había uno. Uno muy especial para el, uno que había plantado con su madre cuando tenia apenas 3 años. Recordó las palabras que entonces...su madre le había dicho...
"Este árbol, pequeño Frank, será tu amigo, crecerás junto a el, cuando tu caigas, el caerá, cuando te levantes...ten por seguro que el reverdecerá, no olvides que tienes una familia que te quiere y que haría cualquier cosa por ti. Serás un gran artista."
Y si, ese era el sueño de su madre ¿y de que madre no lo es? Ver a su hijo convertido en alguien importante en el mundo, alguien sobresaliente.

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2 Comentarios

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  Jocelyn

  bueno, esta es la introducci?n de una historia de 30 capitulos... espero sea de su agrado

  27/02/09 05:02

• 

  Knortsuiza

  Mmm... seguir? leyendo :P

  01/03/09 03:03