DE NUEVO VUELVO A ABOGAR A SU ENTENDIMIENTO Y MENTE ABIERTA.....
Las laderas del tiempo en campañas electorales son muy lisas. No hay tracciones más que en los mitings que cada partido, mayoritario o casi anónimo, hace en diferentes municipios donde se cree que pueda ganar una alcaldía -o en otros países se les llama muncipalidad- o algun diputado.
No hay otro tema más en la agenda que no sea la sucia y transparente política que nos cae como agüacero, de forma uniforme, de todos lados y de todas formas de gotas. No podemos dejar de pensar en el cambio o el la continuidad; no se ve posibilidad para una tercera opción que sea válida o al menos, palpable para la presidencia que lleve al país por cinco años.
Es que los salvadoreños somos tan afortunados que la receción que empezó en Estados Unidos nos afecta de forma titánica en nuestra economía; las empresas petroleras salvadoreñas son las únicas empresas que no bajan sus precios en las bombas cuando baja el precio en el mercado mundial, pero, con gran agilidad, logran que las alzas lleguen a estas; todavía no queremos aceptar que somos el país más violento del mundo, cuando en todos lados se escucha de muertos, extorciones, violaciones, pandillas, secuestros, niños asesinos, drogas, crimen organizado y politicos muertos de forma sospechosa...
Eso es el día a día de todos los salvadoreños que en estos tiempos irónicos de propaganda procelitista se nos ofrece olvidar y reconstruir de tantas formas distintas y yuxtapuestas nuestras vidas bajo colores de partidos pliticos.
Pero aquí está nuestra contra parte: nuestra cultura fútbolera, nuestra sangre pipil, nuestro coraje cuscatleco nos hace olvidar todo eso y mucho más con uno de los más simples de los placeres que podemos tener... QUE LA SELECTA GANE!!!
Nuestra selecta que solo a ido a dos mundiales y en estos solo a anotado un gol, el gol más grande de todos los salvadoreños. Pero la cuestión es que ayer ganó de forma condundente. Nos hace soñar y olvidar que vivimos como vivimos, nos hace recoradr que somos salvadoreños y no cifras, nos hace sentir orgullo.
