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¡al Rico Barquillo! (microrrelato)

Desde ese día nadie vende barquillos en el Parque del Retiro. Juan el barquillero se cansó de vocear sus barquillos de vainilla y canela la tarde que se enamoró perdidamente de Pepita la quiosquera. Dicen las malas lenguas que fue un amor a primera vista, aunque fue más bien visto y no visto. Ambos desaparecieron como por encanto, y hay quien afirma que, desde entonces, recorre las verbenas de Madrid un apuesto y solitario barquillero cuyo negocio va de mal en peor, porque del fondo de su barquilla surge una voz desgarradora que grita a los cuatro vientos: barquillos de canela, mucha cautela; barquillos de vainilla, qué pesadilla.
Jucapega196311 de mayo de 2017

1 Recomendaciones

4 Comentarios

  • Emo

    Espectacular relato. Yo lo he entendido como dos amantes que deciden partir hacia la muerte, el único espacio donde serán uno solo sin que puedan separarse y nadie los moleste.

    12/05/17 03:05

  • Jucapega1963

    Gracias por tus palabras, Emo. Cada texto tiene tantas interpretaciones como lectores, esa es la tuya y me alegra conocerla. Un cordial saludo.

    12/05/17 07:05

  • Gabrielfalconi

    Me gusto mucho...

    16/05/17 07:05

  • Jucapega1963

    Gracias Gabrielfalconi. Saludos.

    16/05/17 07:05

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