Un día.

Al doblar la última esquina,
allá donde la luz se apaga,
permitiré flaquear mis rodillas,
daré permiso a las lágrimas.

Ahora no.

Que sostienen mis rodillas
el peso de muchas almas,
que mis ojos son vigías
de la paz de los que ama.

Algún día.

Al doblar la última esquina
miraré atrás con calma
y daré descanso a las niñas
de mis ojos al cerrarlas.

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3 Comentarios

• 

  Remi

  Preciosa poesía, muy original la estructura. El amor a la familia el centro de tus sentimientos.
  "que mis ojos son vigías
  de la paz de los que ama".
  Un abrazo Jucatohi.
  

  13/01/19 07:01

• 

  Jucatohi

  Estimada, Regina, gracias por tu amable comentario. Siempre es un placer y un estímulo recibir noticias de que alguien paró en tus letras y estas le provocaron algún sentimiento. Gracias de nuevo.
  Un cordial saludo.

  14/01/19 08:01

• 

  Jucatohi

  Remi, nueva compañera de letras, mi más sincero agradecimiento. Tu comentario me alegra.
  Recibe otro abrazo de vuelta.

  14/01/19 08:01