Hoy no soy yo quien escribe, hoy es mi bolígrafo quien relata lo que vive, pasa y acontece en este mundo donde se que no me quieres pero si me extrañas, suena a patrañas o alguna de tus mañas aunque a mí ya no me engañas cuando me llamas y me dices que me amas aunque hayas recorrido varias camas antes de atravesarte en mi camino, destapo dos botellas de vino y adivino que lo pasaremos divino, un momento genuino no sé si malo, no sé si bueno pero espere hasta el noveno para aventar un grito de desespero atorado en un agujero de este túnel sin salida, son las cosas de la vida que aún me quedan por aprenderle a esta especie desconocida y a veces muy aburrida que no me entretiene y me mantiene atado a un bocado de esta niña enferma llamada sociedad y la suciedad de su ciudad causa enfermedad en mi mente consiente que frecuentemente se adormece y acontece que hoy no me apetece recurrir a donde está tu alma porque mi calma se pierde por el campo verde y no vuelve hasta que acabe el nueve la tierra se mueve; flores nacen, viven y mueren en el edén, el portal de la cordura que lo burlas a manera de travesura, invadir esa visión cotidiana que te aqueja siempre en la mañana cuando no te da la gana, dejar que la vida te robe tu ultima moneda de cobre y quitarte tus sueños; sin sueño ni monedas ahora si quedaras pobre.
