De nuevo me quedo a oscuras y aunque aún me queda el respirar del aire, mi alma no hace mas que divagar por los cientos de sueños aún por conseguir. Hoy todo es gris, el cielo encapotado de mis sentimientos amenazan tormenta. Me ahogo dentro de mi propio ser donde intento aferrarme a mi única salida, la esperanza. Mi frágil cuerpo recae en la locura que provocan mis ilusiones, dentro de mi cabeza. La vida no es aliada mía, ni ha sido y ni será. ¿Que me deparará el futuro? Nada, un profundo vacío lleno de dolor y de problemas que me pasan una y otra vez a lo largo del día, a lo largo de la semana y a lo largo de la vida. Hay veces que para seguir adelante ansío volver a empezar pero cuando me pregunto como conseguirlo, no me llega ninguna respuesta. Mi amargura da paso a la pena y esta a su vez acompaña a la tristeza. Triste, solo y sin ganas de nada, lo que viví ya me esta pasando factura y cada vez que intento desconectar vuelvo de nuevo al principio de esta tortura. Fracasado sin aprendizaje en el concepto de buena suerte, hombre solitario caminando en un desierto infinito, eso es como me siento y lo que soy. Pues antes que esto me pase, se que diréis que soy cobarde, prefiero estar parado y que mi alma no se mueva jamás y siga inerte.
Te escribo esto porque no encuentro una solución y no se si volveré a verte. Mi único consuelo es la muerte.
