Espíritu sagaz que recuerdan olvidado,
define lo que tus ojos llevan presenciando años,
manifiestate mostrándonos la realidad,
tras los muros del engaño y de la traición.
Alma, solo tu puedes guiar nuestras vidas por buen cauce
y no sucumbir ante la atenta mirada de nuestra enemiga la muerte.
No dejes que nos suceda los hechos que acaecieron sobre ti,
haz de nuestra vida un lugar donde alejar fantasmas y miedos.
Surge de entre la esperanza y recubre con fe nuestros cuerpos,
enséñanos a hacer vida de silencio, sin penas ni tristezas.
Otorga el poder de elevar a los cielos plegarias por una buena causa,
danos fuerzas y se la mano ejecutora de esta maldad que nos rodea.
Antepasado lejano que un día viviste y moriste,
padre de padres, rey de reyes, amo de amos, dios de dioses,
imploro tu renacer para saber que aún existes, que no te has ido,
que desde un principio hemos disfrutado de toda tu esencia:
de tus manos que son montañas en las que convivimos,
de tus pies que son extensos valles y praderas por las que caminar,
de tu llanto que formó océanos, mares y ríos.
Ante tu presencia me arrodillo para pedir perdón
en nombre de todo ser humano, por convertir tu regalo
en este infierno lleno de maldad y de odio y rencor.
Suplico por un cambio que habilite mejoría y traiga paz
y desaparezca el consuelo, a ti mi fe entrego, mi corazón,
y que aunque ya hallas escrito el destino, me dejo llevar
porque en ti creo.