Te decepcionas, te destruyes y aun así no consigues reconstruirte
Por más que intentes seguirás rompiéndote, por más que intentes volar seguirás cayéndote
Te convertiste en un cristal perdido entre miles de estrellas
Hay una cicatriz que no llegaba a romperte
Fría cada vez que la tocaban
Lloraba al ver que su corazón sangraba
Miraba el alma que reflejaba
Veía una decepción al ver que no había nada
Por más que lo intentaba ella no estaba
Admiraba aquel espejo que la mataba
Poco a poco aparecían lágrimas decepcionadas
Palabras y derrotas le torturaban, sus miedos le fusilaban
Tanto dolor le envenenaba, acabó destruyendo sus manos sin ningún resultado
Ella era su propio reflejo que asesinaba...