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Crónicas de la Cama - 2 - la Lluvia y Su Amainar

Ando dormido aún.
El calor de mi cuerpo es distinto.
Ella no está.
Sin más, me levanto de mi cama. Afuera llueve y hace un día triste. Me dirijo a la ducha y tras quitar la neblina de mi espejo descubro mi cara. No es sino la misma con la que amanezco cada mañana al trabajar.
Desayunado, cojo el coche y me dirijo a la oficina.
- Mierda - pienso mientra recuerdo con paulatino pesar - Hoy me toca ir a la obra...
Al llegar a la oficina recojo mis portadocumentos y mis canutillos y me vuelvo al coche. La obra se realiza junto al río, se trata de una nueva depuradora para la ciudad.
Nada más llegar detecto que las obras van muy atrasadas respecto a los planes que diseñe. La lluvia no se detuvo durante el fin de semana y varios materiales estaban dañados y no se deberían usar. Me puse en contacto con los proveedores mientras diseñaba rápidamente un nuevo plan para aquel dia. Los materiales no aparecerían hasta mañana por la mañana y, viendo como comenzaba a diluviar, mande a los obreros a sus casano habiendo avanzado nada en absoluto.
Cada día, aquella depuradora me sacaba de mis casillas. Atrasos, obreros precoces y mal entrenados. Cientos y cientos de replanteos de mi puño y letra y un arquitecto que se estaba convirtiendo en un acosador, día y noche, era la rutina diaria.
Llegue a casa despues de comer del restaurante de debajo de mi oficina. Seguía lloviendo fuertemente y no apetecía salir en absoluto de mi casa. En cambio, note como mi cuerpo deseara salir de aquella casa en los aticos de un bloque de apartamentos y salir con alguien especial.
Durante una hora estuve plantado pensando en mi devenir hasta que llamo mi conserje a mi videoportero.
- Señor *****, hay una señorita que insiste en verle. Dice que es urgente
En ese momento, no fue mi conciencia quien hablo por mis labios y dijo que aquella desconocida, subiera a mi casa.
Cuando recuperaba la cordura perdida hacía escasos segundos, abría la puerta. Una joven de pequeña estatura me devolvía la mirada. Una mirada enervante y capaz de atravesar muros. A primeras no supe que decir, luego, despues de que ella hablara, todo resultó más fácil...
- No te has acordado
- ¿Qué? ¿Por qué hoy?
- ¿Que por qué hoy dices? ¡Hoy es nuestro aniversario!
- ¡"Era" nuestro aniversario! ¡Lo dejamos hace 6 meses, recuerdas?
- ¿Que quieres que recuerde? - espeto furiosa y sacudiendo su gabardina empapada sobre mi - ¿ENol momento exacto en el que me dejastes? ¿O en el momento en el que me entere que estabas con otra?
- No me vangas con esas ahora - respondi, contenido de rabia - No te importo que hubiera sido un desliz. Es más, "sabes" que ya no estoy con ella. Además ¿porque vienes precisamente hoy?
- ¡Imbécil! - gritó ella. Y me sacudio una terrible bofetada.
Se giro hacia el ascensor y antes de que empazara a correr detras de ella.
Al salir por la puerta solo me guie por mi instinto y la alcanze bajo un inmenso aguacero, a unos 500 metros de casa. Habia salido descalzo y con una camiseta de manga corta.
- ...Idiota ¿Porqué me sigues? - dijo al agarrala por una de sus muñecas. Ya renunciaba a mirame a la cara.
- Perdóname.... He debido ser un animal ahí arriba. No recordaba en que día estaba...
- Como siempre, eres un descerebrado...
- Y tú? Ya veo que no puedes olvidarme...
Giro la cabeza y nuestras miradas se cruzaron...
- Eres un idiota redomado...
Y ambos nos unimos en un fuerte abrazo bajo una tormenta que daba a su fin. Cuando nos separamos, aparte de mis labios, todo mi cuerpo refulgia como una llamarada imperrerita que asiaba volver con mi antiguo amor.
- Yo... recordaba que te gustaban los días lluviosos - dijo ella con una mirada entrecerrada, llena de emocion. ¿Se habia sonrojado? Actuaba igual que una colegiala de 15 años.
- Me gustan por lo que sucede ahora... - le dije enseñandole lo que tenia a su espalda. Un brillante atardecer con el arco iris resplandeciente. Su cara era todo un poema. Igual que nos conocimos...
- Es precioso...
- Es calma que sigue a la tempestad... ¿volveras conmigo?
Ella volvio a mirarme a la cara. Ahora tenía una cara felina e intentaba ahondar en mis pupilas verdes si pudiera volver a engañarla...
- Supongo que no tengo remedio - dijo desistiendo y dejando caer un suspiro de impotencia. Luego, con el aspecto de una inocente chiquilla se dirijo a mi con un tono tímido - ¿Volvemos a tu casa? Estoy empapada.
De pronto vi sus curvas a traves de su camisa completamente mojada. Me dio un apuro tremendo y la tape con su gabardina, que con el agarron de antes se había caido al piso.
- De acuerdo... Volvamos
Una vez dentro los dos, oi el fragor de como la ropa se caia sobre el suelo. Mi chica se había desnudado y se tapaba como si le diera vergüenza.
- Lo siento... No debería, hacerlo aquí...
Me diriji a ella y no pude aguantar mas.
Aquella noche sería inolvidable.
Keitaro01 de noviembre de 2009
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