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Seiko 3000 - Capítulo 95 - la Bóveda de Erebo y Sus Pequeños Secretos

Los seis estaban anonadados por el escenario.
Salvador fue el primero en tomar la iniciativa.
- Chicos. Desconocemos que es lo que ha pasado aquí, pero desde luego, se trata de obra sly. El descubrir sus motivos es lo que deberíamos buscar por aquí. Así que dividámonos, no creo que haya alguien más que nosotros.
Todos se dispersaron en la primera planta de la instalación. Las demás plantas se situaban en niveles inferiores menos un pasadizo que ascendía en forma de espiral. Por ahí empezó a indagar Salvador. Con la pistola en su funda pero cerca de su mano sabía que no habría nadie para sorprenderle. Pero una duda inquietante y en el fondo de su corazón le mantenía alerta. El pasillo estaba desierto y ascendía poco a poco. Llego al final y vio una especie de barricada bastante dañada. Las marcas de las paredes y salpicaduras oscuras de sangre daban fe del terrible caos vivido en aquel lugar.
Haciéndose a un lado de cuerpos de unos hombres armados accedió al despacho del director con un disparo certero a la cerradura. El despacho del director era enorme. Estaba en la misma cumbre de la cúpula y alrededor suyo un impresionante mural daba al mar iluminado de un azul turquesa que le daba un aspecto aún más misterioso.
- ¿Qué pretendían proteger estos hombres? – Dijo el aimier acercándose al escritorio del “esquelético” director. Revisando los cajones de los laterales descubrió un interruptor oculto bajo uno de ellos y lo activo. Un holograma con la cara del director de un tono azulado se dirigió a Salvador. Era un video.
- ... Acabo de oír disparos ahí afuera. Han pasado solo unos minutos del terremoto y me han aislado aquí. Dicen que la información que poseo es muy valiosa – Evidentemente, el tono del director era nervioso y angustiado. Además del tono azul se podía observar como palidecía por momentos – Apenas se gran cosa. Fuera en los laboratorios han quedado multitud de muestras recogidas de la “Brecha” y dudo que puedan aguantar con ese bicho ahí afuera...
- ¿Bicho? – Salvador reacciono enseguida. Todos estaban investigando abajo y podían encontrase con una desagradable sorpresa. Pero lo que el nervioso director contaba le sería más útil que preocuparse por un problema que sus amigos podrían solucionar rápidamente. Si es que hubiera alguno...
- Nuestras muestras pueden haber ayudado a los aimier de no ser porque hubieran desaparecido hace medio año. Pero es lo único bueno que puede quedarles. Los sly han conseguido abrir la Brecha invocando a los Tres Hermanos. La Triada ya se ha dispersado por el mundo y solo nos queda rezar para que puedan dar con ellos y destruirles.
Salvador trago con dificultad. Se oían estruendos fuertes en el video.
- No se cuanto más podremos retener a esta “Bestia” aquí dentro, pero supongo que partirá por algún respiradero en cuanto haya acabado con nosotros... Maldita sea... No hemos sido lo suficiente precavidos como nos dijeron los aimier. Esta es nuestra dura recompensa... Lego este video como salvaguarda de los archivos recopilados tras el terremoto y la aparición del primer miembro de la Triada. “Bestia”. Me llamo Hahumeit Cario y reporto este video a 3 de marzo de 2985.
La señal se corto. El aimier dudo en cuanto aguanto en su silla aquel hombre totalmente dejado y aislado en un reducto colosal bajo el mar. Si saber como ni porqué, un disco protegido en una dura carcasa de plástico salio delante suya. Salvador lo cogió y lo sostuvo durante un buen rato.
Tenía en sus manos una prueba más de que el mundo requería su ayuda de inmediato.
Y no debía perder ni un segundo más.
Fran y Eloise se separaron del resto para indagar en lo que parecía una sala de operaciones del nivel -1. Allí había más cuerpos ensangrentados y esqueletos con bata. Feroces garras habían destrozado gran parte de los pasillos.
- ¿Qué bicho habrá hecho algo tan...espantoso? – Dijo Eloise muerta de miedo.
- Uno muy grande... – se arriesgo a decir Fran.
Al llegar a la sala circular de operaciones la encontraron revuelta, pero no había más cuerpos. Solo una serie de armarios destrozados salvo uno. Y eso que los paneles eran de cristal... En él había ciertas piedras que relucían como piedras preciosas. Destacaban unas doradas y brillantes y otras en forma de canto rodados perfectos.
- ¿Qué son? – pregunto Eloise situada tras Fran.
- Ni idea – dijo Fran arremangándose la capa- Pero vamos a descubrirlo...
Mientras, Cassandra y Roberto dejaron a Alcoida cuando llegaron a la planta -2. Allí había laboratorios sellados y un almacén de armas donde Roberto se apresuro a hacer acopio de municiones.
Cassandra se adentro otro nivel más y fue descubriendo entre informes olvidados sobre mesas que habían obtenido más de 1000 materiales nuevos de los cuales 500 eran beneficiosos y otros 500 letales. Sobre todo algunos en los que solo los aimier eran inmunes o solo los sly podían manipularlos. Su uso incorrecto podría causar estragos. Además descubrieron un punto que se movía constantemente dentro del núcleo de la “Brecha” que guardaba en su interior “otro mundo” pero poco más podía decirse de él. El movimiento continuo del planeta dificultaba su localización.
Alcoida paseo sin encontrar nada en los niveles -3 y -4. Al llegar a la 5ª y última planta, se acerco al borde de la Brecha. La fuerza que emanaba de ésta le parecía calida pero no abrasiva. No era Lava era una fluido anaranjado que emanaba vida.
- ¿El espíritu de Gea? No, es la fuerza del planeta en sí...
Los pensamientos de Alcoida le despertaron un nuevo sueño olvidado.
Estaba con sus padres pero ellos veían un amanecer en el castillo de los Aimier mientras que ella estaba retenida y no podía ir hacia ellos.
Quiso forzar la situación intentando dar un brinco al ver como su padre se desvanecía. Seguía inmóvil. Tenía la sensación que la madre sonriente, que giraba su cara hacia ella, se desvanecería como su padre si no lo evitaba.
Acumulando una terrible fuerza en sus pies salto lo más que pudo.
- ¡Alcoida! – gritó Salvador desde lo lejos.
Un fuerte agarrón y la sensación de detenerse en el aire acompañado de un retroceso impresionante la devolvió a la realidad. Salvador se soltó de una cadena y se dirigió a ella. Estaba lívida, confusa y desorientada tendida en el suelo.
- ¿Qué ha pasado? – pregunto Alcoida
- Habías dado un salto hacia la brecha... Menos mal que te ví antes y me tire por las cadenas. Actuabas de forma extraña.
- ¿¡Estáis bien!? – bramó una voz en los pisos superiores. Roberto había salido del polvorín alertado por Cassandra que había visto como se lanzaba Salvador a por su hermana.
- ¡Sí! – dijo Alcoida recuperando un poco de su habitual cordura – Es raro que me haya pasado a mí. Lo más normal es que te hubiera sucedido a ti, Salva...
- Tiene su explicación – dijo el aimier ayudándola a levantarse – Según esto.
Y sacó el disco que había recuperado del despacho del director.
- ¿Qué es?
- El motivo de muchas cosas sin respuesta. Alejémonos. Esta planta está seriamente contaminada por la Brecha. Por eso has tenido una alucinación tan intensa.
Alcoida asintió con vergüenza interna ¿Como no había caído en la cuenta de aquello? ¿Acaso algo malvado la empujó a bajar una planta más de lo debido?
Nadie podía quedarse allí demasiado tiempo. No si ya tenían respuestas.
Pero el descubrimiento en la bóveda de Erebo solo era el comienzo.
La enervada mente de un cruel dictador sabía dónde estaban y qué habían averiguado. Y una de sus “mascotas” les estaba esperando a la salida.
Keitaro12 de diciembre de 2009
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