En un primer momento creí que era un sueño, una muy realista eso si, pero un sueño. Sobrevolaba la calle que, hasta hacia escasos minutos recorría como todas las tardes a la vuelta de las clases. Había mucho revuelo, las madres se llevaban a sus hijos con urgencia, la gente rodeaba, entre curiosa y preocupada un pequeño cuerpo en la carretera. Me acerqué intrigada pese a que sentía una creciente angustia en mi interior. No tarde en lamentar mi decisión, vi con espanto mi propio cuerpo sin vida, sangrante, con un motorista implorando perdón al lado.
Tomé tierra, más que un sueño, era una pesadilla, una muy cruel. Incapaz de alejarme de tan terrible escena deje vagar mis pensamientos, recordando cada instante de mi vida, lo bueno, lo malo, lo peor... Pero me vi interrumpida cuando una mano tocó mi hombro. Un anciano de mirada dulce y comprensiva me indico con un leve gesto que le siguiera. Llevaba una vieja chaqueta con un pez bordado.
Caminamos y caminamos sin mirar atrás, siguiendo el camino jamás trazado, me guiaba como guía un pastor a su rebaño, quién sabe si a la salvación... ¿Pero adonde me llevaba? Aún me sentía perdida, veía a ese hombre como un delfín acompañando al marinero en su travesía. El cielo se me antojo rebelde como el mar y nació en mi el deseo de surcar sus aguas. Supe, en el mismo instante en que me despidió con la mano, que podía levar anclas, dejar a mi alma libre para ir a donde quisiera.
Un sue?o/realidad, realidad/sue?o... Me gust? esa contraposici?n, entre realidad/irrealidad.. Ketne felicidades, es la primera vez que te leo, me gust? mucho. Saludos
